Pocas cosas en la industria del entretenimiento son tan relevantes como ganar un premio Oscar. Las películas, actores, directores o ejecutivos que lo consiguen juegan en otra liga, entran de inmediato a un grupo selecto que los convierte casi en leyendas. A partir de ese momento su biografía siempre empezará con la frase “Ganador del Oscar”.
Podemos estar o no de acuerdo con los resultados, pero el hecho es que ganar un Oscar siempre da de qué hablar. Todo el barullo empieza cuando se anuncian las nominaciones, es cuando los cinéfilos y aficionados corren a las salas de cine para ver todo lo que aparece en las listas. La cosa no termina ahí, ni qué decir cuando sucede la ceremonia de premiación. La gente de inmediato suma las películas ganadoras a su lista de películas por ver, incluso quienes nunca van al cine.
Ganar un Oscar es tan importante que muchos actores y directores han dedicado su vida entera a ese objetivo sin conseguirlo. El problema es que no existe una fórmula perfecta que funcione a todos. A través de la historia hemos visto fracasos monumentales, a pesar de hacer todo lo que se indica “el manual” para tener éxito en Hollywood. Curiosamente, también hemos visto historias de éxito como de cuento, películas que sin mucho ruido, presupuesto ni expectativas, se llevan el premio más codiciado. Algo así sucedió este año con Parásitos, la ganadora a la mejor película. Venía cosechando triunfos y sumando simpatizantes, pero nunca al grado de convertirse en favorita, ya que competía con varias cintas de “peso pesado”.
Su director Bong Joon Ho, no es ajeno al lenguaje y funcionamiento de Hollywood. Ha escrito y dirigido películas para los grandes estudios, sabe lo que funciona y lo que no, es consciente de lo que se espera de una película para ser nominada y hasta dónde puede estirar una propuesta. Lo interesante es que con Parásitos no hizo una película específicamente pensada para ganar premios, hizo la película que quería hacer, y la hizo en sus propios términos. Bong Joon no quería dar gusto a nadie, y así acabo conquistando a todos. Por eso, Las 5 razones de esta semana destacan las lecciones del éxito de Parásitos que todos podemos aprender.
Razón 1: No tengas miedo a ser diferente
Cuando no eres el más grande en el mercado y tu competencia tiene muchos más recursos que tú, fortificar tu individualidad y destacar qué te hace diferente es una excelente estrategia.
Por supuesto, se necesita mucha seguridad para hacerlo, pero si no tienes en la nómina a los actores más famosos y calificados del mundo, lo que tienes que hacer es destacar que eres distinto, que eres la otra opción, la visión que en algún tiempo todos van a buscar para convertirla en la más popular.
Cuando haces algo, ¿todo el mundo puede identificar que lo hiciste tú y que nadie más puede hacerlo igual?. Ahí está el reto.
Razón 2: Tienes que ser atrevido
Las ideas nuevas suelen asustar a la mayoría. No te preocupes por darle gusto a todos, enfócate en los más atrevidos y líderes de opinión para crecer a partir de ellos.
De primera impresión, Parásitos no es una película destinada a convertirse en masiva, pero cimentó su camino al Oscar conquistando a la crítica en varios festivales al rededor del mundo. Para cuando fue exhibida comercialmente, ya venía aprobada por la crítica con etiqueta de “una película que tienes que ver”.
Si tus ideas o propuestas no son bien recibidas, pero estás convencido de ellas, tienes que ser valiente para realizarlas y trabajar hasta conseguir el éxito.
Razón 3: El mejor marketing que existe es hacer un buen producto
Vivimos la era de las comunicaciones, en la que el marketing se ha transformado en crear un excelente producto, hacerlo accesible a su audiencia y dejar que ellos se dedican a ampliar tu mensaje.
Competir por un espacio entre las películas más caras del mundo no se consigue dilapidando grandes cantidades de dinero en campañas de promoción. Si tu producto no es bueno, el marketing no cubrirá sus defectos, al contrario, los hará más evidente.
Parásitos no es un película barata, pero está lejos del presupuesto de otras nominadas como 1917 o El Irlandés. La virtud de Parásitos es que no tiene grietas que se puedan criticar. La producción aprovechó al máximo los recursos que tenían para hacer el mejor producto posible dentro de sus parámetros. Una estrategia que todos podemos usar.
Razón 4: Utiliza la imaginación
La innovación no significa construir algo desde cero, sino importar una idea de un lugar a otro y adaptarla a la nueva realidad.
Los géneros cinematográficos fueron definidos hace mucho tiempo y no han cambiado mucho. Todos los conocemos: drama, comedia, acción, aventura, western, etc. Si quieres contar una historia utilizando una película, lo tienes que hacer dentro de ese marco. Lo único que puede cambiar es cómo lo haces, cómo construyes una narrativa interesante con los mismos elementos que todos tienen.
Bong Joo jugó con los recursos que ya conocemos, pero organizándolos de otra manera y contándonos una historia 100% humana a partir de un sistema social y económico. No es nuevo, se ha hecho antes, pero Parásitos lo hace de una manera muy interesante y novedosa, lo hace con la visión única de Joo.
¿Qué puedes hacer diferente en tu trabajo utilizando los mismos elementos que todos tienen?
Razón 5: Diviértete
Existen muchas posibilidades de que fracases haciendo lo que todo el mundo te dice que hagas, así que mejor diviértete haciéndolo.
Parásitos es una película seria o divertida, según como quieras verlo. Es una sátira que nos puede hacer reír y llorar en una misma escena. No cabe duda que a pesar del trabajo tan meticuloso que existe en la película, todos lo que formaron parte de ella se divirtieron mucho haciéndola, Se ve en el trabajo final, porque contar una historía tan radical siempre corre el riesgo de convertirse en algo aburrido, a menos de que tú mismo lo estés disfrutando.
Recomendación especial:
Si no has visto Parásitos, vela, y hazlo con la mente abierta. No esperes mucho de ella, déjate sorprender y disfrútala.
Como segunda recomendación, te comparto una de las mejores reseñas que he visto de la película.
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