| La vida, como el famoso sandwich cubano, es una mezcla de cosas y sabores. Y así como la receta de un buen sandwich, nuestro estado de ánimo tiene muchos ingredientes, algunos más agradables que otros, pero todos necesarios.
Por ejemplo, no conozco una sola persona que hable bien del aburrimiento, la frustración o la impaciencia, y sin embargo los necesitamos. Ninguno de estos tres sentimientos es 100% malo. Es más, me atrevo a decir que el aburrimiento, la frustración y la impaciencia pueden ser buenos para ti. Sí, porque funcionan como una guía que nos ayudan a encontrar el camino, motivarnos y darnos esperanzas.
Yo digo que como al cerdo en el sandwich cubano, en lugar de combatirlo, nada más hay que limitarlo y aprender a vivir con él. Puede ser que después de esta explicación, estés experimentando otro sentimiento “maldito”: la confusión. Bueno, ahora me explico para acabar con este enredo.
El aburrimiento.-
La verdad es que lo malinterpretamos, ya que las investigaciones dicen que, en realidad, el aburrimiento es una emoción reguladora, algo así como el dolor. Es una señal de advertencia que indica que puede ser el momento de probar algo diferente.
La frustración.-
Eso que sientes cuando no te cierra ninguno de tus jeans favoritos. Y mientras se te aprietan las carnes, te revuelves en una nube de aflicción que te consume por dentro. Bueno, pues las investigaciones demuestran que la frustración no disminuye el valor de un objetivo. Por ejemplo, cuando juegas un videojuego y no puedes avanzar, muchas veces te dan todavía más ganas de llegar a la meta. La frustración es un motivador que puede modificar tu comportamiento, algo que te impulsa a ganar.
La impaciencia.-
Otra maldición de la vida moderna. Desde hace unos años, todo es para ayer 😬. El secreto para aprovechar la impaciencia es replantearla como anticipación, así el mundo se vive mejor. Si sabes que vienen cosas buenas y que tarde o temprano van a llegar, vives una vida más feliz.
Vaya, cubrimos mucho en esta editorial, así que me despido. Espero que se haya aclarado el enredo, y aprovecho para compartir 5 ventajas de los profesionales que manejan bien sus emociones:
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