Mucha gente me dice: “ojalá hubiera sabido antes lo importante que es tener una segunda fuente de ingresos, o seguir estudiando después de haber completado mi educación universitaria“. Cuando esto pasa, no puedo evitar preguntarme en silencio si de verdad lo hubiera hecho. Porque el tema de saber con anticipación cosas relevantes no tiene nada que ver con el deseo (¿a quién no le gustaría?), sino con nuestra capacidad para verlo.
Muchas veces tenemos al alcance de la mano información muy relevante que sencillamente no vemos porque no tenemos la madurez, el enfoque, la serenidad o porque no estamos listos.
El verdadero conocimiento se encuentra al final del camino, después de intentar, equivocarse, repetir, corregir, comprobar y acertar. Esto parece injusto, la información más valiosa aparece mucho después de cuando se le necesita por primera vez. Pero el cerebro es tan poderoso como caprichoso, filtra la información y destaca lo que es más importante en el contexto que se encuentra. Y como sabemos, nadie busca lo que no sabe que necesita.
Por eso mismo, de todo lo que me hubiera gustado saber antes, lo único que estoy seguro que hubiera cambiado el guion de mi vida era saber lo importante que es empezar antes. Sí, empezar todo lo que se nos antoje y aprender en el camino a hacerlo bien, descubrir lo que te hubiera gustado saber antes pero exactamente cuando ya estás listo para utilizarlo. |