Es inevitable tener fracasos o tropiezos en la vida. Cuando suceden, ¿cuál es la mejor manera de sobreponernos y enderezar rápido el rumbo?
Siempre me he preguntado por qué algunas personas no pueden sobreponerse a un fracaso, mientras otras lo utilizan como un motor que los empuja a llegar más lejos de lo que nunca habían llegado. Seguramente la naturaleza competitiva de cada persona tiene algo que ver, pero creo que el factor determinante es cómo definimos, procesamos y visualizamos el fracaso en la búsqueda de nuestra realización.
Primero, tenemos que entender muy bien que el éxito y el fracaso son dos circunstancias esenciales de la vida. Es casi imposible imaginar que alguien alcance el éxito, cualquiera que este sea, sin antes haber fracasado por lo menos una vez al intentarlo. Pensemos en Thomas A. Edison, Steve Jobs, JK Rowling, George Lucas, Michael Jordan o Los Beatles, todos ellos experimentaron algún tipo de fracaso, a pesar de que nosotros solamente conocemos sus grandes éxitos. La pregunta es ¿qué les permitió regresar con más fuerza para conseguir cosas extraordinarias?
Sin duda la clave para reponerse de cualquier descalabro es la mentalidad. Pensar que no es el fin, saber que cuando se intenta algo nuevo es prácticamente inevitable experimentar algún tipo de revés. Interpretar que el percance es una señal inequívoca de que has conseguido algo de progreso y eso te acerca más a las metas. Si aprendes de la esa experiencia saldrás más fuerte y revitalizado.
Qué hacer cuando fracasas, inmediatamente después de llamar a tus papás o a tu pareja
Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero si en verdad quieres poner solución al problema, tienes que poner manos a la obra. Lo primero es abrirte y platicarlo con alguien de tu entera confianza. Lo natural para la mayoría de personas es correr y contárselo a los papás o su pareja, buscar protección y de paso un poco de comprensión, pues el fracaso suele ser algo emocionalmente desgastante.
No está mal tomar un respiro, tomar un poco de distancia y analizar con la cabeza fría, pero lo que tienes que buscar son comentarios honestos. Si tu familia puede hacerlo, adelante, pero sino, es el momento perfecto para hablar con un mentor. No sientas miedo de ser juzgado, las personas exitosas han pasado por lo mismo y saben que vas en el camino correcto, entienden que se puede cometer cualquier error siempre y cuando lo hagas una sola vez.
3 pasos para ver el fracaso con mentalidad positiva
1.- Haz una sesión post-mortem
Mucha gente recomienda moverse rápidamente, olvidar el fracaso y empezar otra vez. Yo creo que eso es un gran error. El fracaso es un gran maestro si lo ves con inteligencia y aprendes de él. Organiza una reunión port-mortem con todos los involucrados. Analiza con absoluta sinceridad qué salió mal, que se puede corregir y dónde se tiene que cambiar la estrategia. No guardes nada, haz todas las preguntas que se tengan que hacer -por incómodas que parezcan-. Hacer un diagnóstico acertado es la única manera de mejorar.
2.- Busca ayuda de personas con más experiencia
Los ejecutivos y profesionales exitosos han fracaso en repetidas ocasiones y, por lo general, están dispuestos a compartir su conocimiento. Busca quién pueda ayudarte, quién ha pasado por una situación similar y cómo lo resolvió. Aprovecha su experiencia y pregunta desde su punto de vista dónde te equivocaste, y si tienen alguna sugerencia para hacerlo de otra manera.
3.- Afina tu estrategia y empieza de nuevo con más sabiduría
El fracaso te define únicamente si no haces nada después de él. Piensa que ahora ya sabes lo que no funciona, y que estás más cerca de conseguir lo que estás buscando. Recuerda que si quieres crecer, el fracaso es inevitable. Si no estás fracasando constantemente es porque no estás intentando nada nuevo. Si lo estudias cada vez que pasa, aprenderás a vivir con ello y a tomar riesgos cada vez más grandes.
Lo más importante es desarrollar una mentalidad de crecimiento y aprender a ver el fracaso como algo temporal, como una señal que te indica que te estás moviendo en la dirección a un gran objetivo.