Llevo mucho tiempo pensando pero no logro atinar con un buen ejemplo: una historia de la vida real o incluso de ficción en la que el protagonista haya creado algo fuera de lo normal siguiendo las reglas impuestas por la sociedad.
Vamos a ver, siendo sinceros, siempre nos han dicho que el éxito se consigue siendo buena persona, haciendo las cosas correctas y portándonos bien. Eso en cualquier parte del mundo equivale a seguir las reglas.
En el consciente colectivo se pregona que el camino al éxito consiste en estudiar duro, buscar un buen trabajo, entregarte a fondo y ser paciente, como si lo único necesario fuera un poco de talento y mucho sacrificio. Hacer de tripas corazón y aguantar lo que sea, incluso retrasar el placer o la recompensa para después, porque eso es lo que corresponde, es lo que han hecho las personas más exitosas del mundo.
Pero me cuesta trabajo tragarme esa píldora, yo no creo que son los locos y desadaptados los que rompen las reglas, para mí es todo lo contrario. Son los visionarios, los insatisfechos y preocupados por mejorar su entorno quienes trascienden el tiempo, escriben la historia y viven vidas fuera de lo normal. Jugar a la segura, apegarnos a un guion escrito por alguien más y colorear solamente dentro de las líneas que se han determinado es lo convencional. Y el éxito es todo menos eso.
Pienso en Los Fabulosos Cadillacs cantando salsa con Celia Cruz cuando eran el grupo de ska por excelencia, Seinfeld haciendo un programa de comedia en el que no había conflicto ni moraleja, Juan Rulfo alterando la realidad con su realismo mágico, Breaking Bad construyendo un héroe sin los atributos típicos, y Netflix renunciando a la penalidad por entrega tardía de las películas como fuente de ingresos. Aquí aquello del estudio, trabajo duro y sacrificio pasó a segundo plano, aquí se rompieron las reglas con un propósito: ser feliz y mover el mundo.
Ya sea en una película, negocio, trabajo o la vida misma, romper las reglas con un fin nos permite alcanzar lo extraordinario, realizarnos y contribuir al progreso de la sociedad.
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