¿Cuántas veces hemos escuchado que solamente nos arrepentimos de las cosas que no hacemos?
Muchas veces utilizamos esta idea para para justificar que estamos haciendo algo que en el momento parece loco o arriesgado, algo muy “loco”. La verdad es que la mayoría de las veces el tiempo da la razón, nos arrepentimos de las cosas que no hacemos, si las hacemos y salen mal se convierte en experiencia, en aprendizaje. Por suerte también es cierto que más vale tarde que nunca, mientras tengamos vida tenemos oportunidad de intentar prácticamente cualquier cosa que queramos. A los 40 es imposible empezar una carrera como atleta profesional, pero practicar un deporte de manera sería se puede hacer a cualquier edad. La motivación no es la misma, pero el beneficio sí. Pasa lo mismo en cualquier disciplina, siempre será mejor hacer algo a cualquier edad que no hacerlo.
Todo el mundo tiene que cometer errores, es natural, es parte de la vida, es lo que nos forma el carácter y nos permite creer. No hay otra forma de acumular experiencia. La combinación de aciertos y errores que hemos cometido es el capital que nos permite transformar nuestra vida en algo extraordinario. Por eso es que en sentido literal el pasado es eso, pasado; hoy todo lo que tenemos es el presente y es lo único que podemos cambiar, moldear a nuestro antojo. Pero en sentido conceptual el pasado si existe, ocupa un lugar en nuestra mente con conocimientos y experiencias que podemos utilizar a nuestro beneficio. El pasado es una herramienta para formar el presente y proyectarnos al futuro.
Los últimos 6 meses, gracias a mi podcast “Inconfundiblemente Latino”, he platicado con gente extraordinaria, profesionales de todas las industrias con mucha experiencia y conocimiento, personas que han logrado destacar en su profesión. Una de las preguntas que más me gusta es: “Si pudieras vivir tu vida otra vez, pero con toda la experiencia que ya tienes ¿qué harías diferente y por qué?”. Las respuestas van de un extremo al otro; desde quien no cambiaría nada hasta quien cambiaría todo. Es un ejercicio muy interesante, me llama mucho la atención que en un porcentaje muy alto muchos de ellos comentan que les hubiera gustado empezar antes, atreverse, arriesgarse. Con esto en mente, y con la única intención de seguir aprendiendo, corrigiendo el camino y creciendo, es que me hice la reflexión. Ya sé que nunca es tarde para hacer lo que se me antoje, pero ¿qué cosas me hubiera gustado aprender antes?
Esto no es un ejercicio de arrepentimiento, al contrario, es la invitación para seguir cambiando el presente, tomar el toro por los cuernos y celebrar lo que podemos hacer hoy. Si el tiempo no es renovable, lo que si podemos duplicar es las experiencias, vivir de manera más plena y grandiosa.
5 cosas que hubiera querido aprender antes:
1.- El mundo es infinito y está completamente a tu disposición
Que ganas de haber entendido esto antes con una mente más abierta. Las opciones son infinitas, el único capital que se necesita es el intelecto, y ese es completamente responsabilidad nuestra.
Puedes abrir un negocio en cualquier industria, puedes viajar y recorrer el mundo, aprender de todas las culturas, escribir historias o ideas y convertirlo en un tu negocio, puedes vivir aquí y allá. Puedes hacer mucho más que sólo ir a la escuela para obtener un título, conseguir un trabajo y vivir como la sociedad dicta.
2.- Lo que otros piensan de ti no importa
Uno de los miedos más grandes que existen es el miedo a lo que los demás opinan de nosotros. Muchas veces es esto lo que nos detiene, no tanto el miedo mismo a fracasar. Sobreponerse a esto es una experiencia que cambia la vida.
3.- La productividad no es lo más infinito ni en la vida ni en el trabajo
No importa la profesión, en algún momento de la vida siempre nos preocupamos por la productividad personal y en el trabajo. Es natural, hoy en día la competencia es tan férrea que el trabajo y las cosas que conseguimos de manera personal son una obsesión. Cuando entendemos que lo más importante es nuestro bienestar y el de las personas que amamos, inmediatamente colocamos todo lo demás en un segundo plano, curiosamente es el momento en el que el trabajo adquiere otro sentido y en la mayoría de las veces se realiza de manera más expedita y productiva.
4.- Tu principal trabajo es crear una vida que disfrutes y rica en experiencias
Una vez que aprendemos que la vida es una suma de experiencias buenas y malas, que lo que nos forma el carácter y la personalidad es la suma de los dos y no los objetos materiales, todo se facilita. Hay que procurar realizar experiencias que nos enriquezcan, que crezcan con el tiempo, que no expiren y que podamos compartir con familiares y amigos.
5.- El fracaso no es final; fracasa mucho, aprende de la experiencia y disfrútalo
Cuando se empieza una carrera profesional, es natural ser precavido, intentar evitar a toda costa equivocarnos o “fracasar”. Se tiende a pensar que el fracaso es algo que nos marca para siempre, una marca de la cual no podemos sobreponernos nunca, falso. Es la experiencia y la ejecución lo único que nos hace en profesionales calificados, por ello es importante no alejarse del fracaso inmediatamente, es una obligación hacer un análisis a consciencia, aprender qué y porqué salió mal, digerirlo y utilizarlos como experiencia en el próximo intento.
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Esta es apenas la primera parte de las cosas que me hubiera gustado aprender antes. Próximamente, la segunda parte. Por lo pronto, ¿porqué no nos compartes alguna de las que tu hubieras querido aprender?