Estoy seguro que todos los que viven en una gran ciudad se van a identificar con esto. Un día te toma 30 minutos llegar a la oficina, y al día siguiente pasas hora y media en el coche sin saber cuánto tiempo te falta para llegar. Una manifestación, un coche descompuesto o un semáforo sin funcionar en una avenida importante, son suficiente para desquiciar el tráfico en toda la ciudad. Estas son cosas que no podemos controlar, lo que sí podemos hacer es prevenir.
Hace algunos años, cuando vivía en la Ciudad de México, manejar de la casa a la oficina podía ser una rutina común o convertirse en un viacrucis. En un día normal, si salía de casa a las 7:30 am, tenía que manejar entre una hora y media y dos horas para llegar a la oficina; pero si salía a las 7:00 am, la misma distancia la recorría en 35 minutos. No tenía mucho que pensar, ajusté mis horarios, rutinas y hábitos para llegar todos los días a la oficina a las 7:40 am.
Empezar el día con el pie derecho
Yo era el primero en llegar y era perfecto. Abría la oficina, tomaba café y leía las noticias antes que nadie más apareciera. En esa época, yo era programador de música en MTV, un trabajo muy monótono y hasta cierto punto aburrido. Llegar temprano era una ventaja enorme. Antes de que empezará a sonar el teléfono, que empezaran a llegar decenas de emails o arrancaran las reuniones, yo tenía tiempo para adelantar gran parte del trabajo que menos disfrutaba, pero que requería más atención. Para cuando todos llegaban, yo había terminado la mitad de mis responsabilidades y tenía más tiempo para pensar en cosas estratégicas.
En ese momento, ajustar mi horario y agenda para tener una mañana súper productiva fue una de las cosas que más me ayudó para crecer profesionalmente. La verdad, no sé porque -o si hay una razón científica-, pero las personas “mañaneras” son más exitosas y felices a lo largo su vida.
Empezar el día temprano, hacer ejercicio y aprender algo nuevo todos los días son los tres hábitos que más personas exitosas comparten.
El tiempo es nuestro recurso más valioso porque, una vez que se pierde, es imposible recuperarlo. Por eso es vital arrancar la mañana en una nota alta y marcar la tendencia del día. Después, si la tarde se complica -que suele pasar con frecuencia- no importa, porque ya terminamos lo más importante.
Mucha gente dice que no puede, que le cuesta mucho trabajo despertar y arrancar las mañanas. Para mí, eso no es otra cosa sino un montón de pretextos. Estoy convencido de que todos podemos tener mañanas productivas si desarrollamos unos cuantos hábitos sanos y fomentamos nuestra mentalidad ganadora. No pienses que se trata de hacer más trabajo, se trata de empezar los días con un propósito para cimentar el estilo de vida que realmente quieres tener.
Visto de esta manera, estos son los 5 ingredientes para tener mañanas súper productivas:
1.- Fuera toxinas y adentro buena vibra con algo de ejercicio
Lo primero que hago al despertar es tomar una taza grande de agua para rehidratarme. Algunas personas recomiendan tomar agua tibia con limón y bicarbonato, de vez en cuando también lo hago, pero lo importante es echar a andar el cuerpo lo antes posible con una buena cantidad de agua.
Inmediatamente después salgo al gimnasio o a correr, lo hago por lo menos 5 días a la semana. Los días que no voy al gimnasio no dejo de hacer ejercicio, practico algo de yoga en la casa con ayuda de una aplicación en el teléfono, o hago una caminata vigorosa de unos 45 minutos como mínimo.
Muchas personas piensan que hacer ejercicio te deja tan agotado que no puedes hacer nada después de eso. No estoy sugiriendo jugar un partido de fútbol de 90 minutos o correr todas las mañanas media maratón. 30 minutos de ejercicio despejan y agilizan la mentem, además de mantenerte en forma. Ambas condiciones son indispensables para hacer tus tareas de manera apropiada.
Todos los profesionales que han desarrollado el hábito de hacer ejercicio en la mañana encaran mejor sus actividades durante el resto del día, además de mantener más energía y atención por períodos más largos de tiempo.
2.- Recarga energía con un buen desayuno
Nunca, por ningún motivo, me salto el desayuno. Al igual que hacer ejercicio, es indispensable en mi rutina de la mañana. Si tengo citas o actividades muy temprano, ajusto mi horario desde la noche anterior y me duermo más temprano, para empezar el día antes, hacer ejercicio y desayunar como un campeón.
El desayuno es el alimento más importante del día, es el combustible que empuja la mente y el cuerpo por las avenidas de la productividad. Las personas que acostumbran tomar un desayuno balanceado tienen menos tendencia a la obesidad, menos problemas con los niveles de azúcar y menos hambre durante el transcurso del día.
Por supuesto, un café con un muffin o un poco de yogurt no califican como un desayuno balanceado. Para mí, el balance perfecto es un poco de fruta, proteína en forma de nueces o almendras, y muy pocos carbohidratos. Tres veces a la semana tomo un smoothie, dos veces como avena con granos, y los fines de semana desayuno huevos.
Parece difícil pensar que algo tan sencillo como desayunar bien sea uno de los principales secretos para conseguir tanto.
3.- Automatiza tus mañanas
Los días tienen suficientes retos como para perder tiempo y energía en decisiones poco importantes. No he llegado al grado de utilizar todos los días ropa igual, pero no estoy muy lejos. Mi guardarropa es muy sencillo, todo combina con todo, no pierdo mucho tiempo en decidir qué usar cada día. Con la ropa, lo importante es sentirte cómodo y proyectar seguridad.
Casi nunca cambio algo de la rutina, la intención es convertir en hábito todo lo que puedas, para no gastar capacidad intelectual en las cosas que no marcan diferencia. En cuanto al desayuno, tengo organizado lo que desayuno cada día, para evitar gastar tiempo y energía en decidirlo cada mañana.
Mi meta es tener mañanas más mecánicas para ahorrar tiempo, y tener tardes divertidas y con tiempos de creatividad y planeación. Todo es cuestión de que encuentres tu propio balance.
4.- Aprende algo nuevo en los tiempos muertos
80% de los profesionales nunca aprenden algo nuevo después de terminar sus estudios, sólo el 20% restante aprende algo todos los días. Curiosamente ese mismo 20% incluye a las personas más exitosas en todas las industrias. Aprovechar el tiempo al máximo es un hábito de las personas exitosas y felices.
No tiene que ser una obsesión, pero estoy seguro que todos tenemos tiempos muertos de los que podemos sacar ventaja. En mi caso, el tiempo en el gimnasio y todos los traslados a citas u oficina los aprovecho para escuchar un podcast o un audio libro. Conozco personas que manejan o viajan en transporte colectivo más de una hora al día, y aunque se saben todos los chismes de la farándula, leen menos de 2 ó 3 libros al año.
No lo niego, muchas veces me siento fuera de lugar en las conversaciones con amigos o en los trending topics en social media, porque no estoy al día con las series de TV ni lo que pasa en la vida de los famosos. Cuando pasa esto, recuerdo cómo respondía Muhammad Ali cuando sus amigos le decía que nunca lo veían en la disco. El campeón contestaba: “yo nunca los veo en el banco”.
El tiempo perdido es imposible recuperarlo. Toma ventaja de los traslados a la oficina y de regreso a casa para aprender algo, la tecnología de hoy nos permite aprender algo prácticamente en todo momento.
5.- En la oficina, empieza el día con las tareas más difíciles
“En la mañana, antes de cualquier otra cosa, cómete una rana viva, y nada peor te va a pasar durante el resto del día”. (Mark Twain)
Siguiendo la recomendación de Twain, empieza tu día con las tareas más complicadas, de ahí en adelante todo será más fácil. Así, en la oficina, tu lista de tareas tiene que empezar con las cosas que requieren mayor concentración y trabajo intelectual. Revisa el estado de todos los proyectos y, de ser posible, no arranques con reuniones. Y, muy importante, evita revisar tus emails antes de terminar dos o tres cosas importantes y definir cómo quieres terminar tu día. Si lo haces, estarás tentado a empezar a responder, y estarás resolviendo problemas de otros antes de hacer tu trabajo prioritario.
Para tener mejores resultados, todas las noches dejo mi escritorio y el escritorio de la computadora completamente despejados. Además, escribo las tres tareas que tengo que asegurarme de terminar el día siguiente.
Si divides las mañanas y asignas tiempo para cada cosa que tienes que hacer, llevas tu productividad a otro nivel, te obligas a poner atención exclusivamente en lo que estás haciendo y dejas de lado el multi-tasking.
Procura llegar media hora antes que nadie a la oficina, verás un cambio radical en la cantidad de tareas que completas y en tu estado de animo el día entero.
Tener mañanas súper productivas es uno de los trucos mejor aprovechados por las personas más exitosas y felices en todas las industrias o actividades. Es una estrategia que está al alcance de todos. Depende exclusivamente de tu voluntad para desarrollar algunos hábitos y ponerte en la dirección correcta para alcanzar el estilo de vida que siempre has querido.