Casi todo el mundo tiene una relación compleja con el dinero; al mismo tiempo que desea ganar más y acumularlo, lo gasta de manera apresurada para adquirir el espejismo de la felicidad por unos momentos. Resulta natural en una sociedad carente de educación financiera, donde el dinero se ha enmascarado como el objetivo absoluto y ha perdido su valor esencial como una herramienta.
No es el momento de analizar si está bien o mal, tampoco se trata de hacer hacer juicios de valor estériles para señalar que el dinero se ha convertido en algo sucio, porque no lo creo. La realidad es que el dinero se encuentra asociado prácticamente a todas nuestras actividades en la sociedad y no tiene por qué ser necesariamente malo. Es una decisión personal si se utiliza para ensuciar un legado o para engrandecer nuestra aportación a la comunidad. Acumularlo como el mayor de los objetivos es insostenible, pero cuando se utiliza para fomentar los valores más nobles resulta ser altamente estimulante.
A pesar de todo lo malo, el 2020 también es la oportunidad de poner las cosas en perspectiva, valorar de otra manera lo que tenemos y redefinir nuestras prioridades a partir de este momento. No dudo que alguien quiera continuar viviendo como lo hacía antes, pero me cuesta trabajo pensar que la gratificación inmediata sea más importante que construir experiencias a mediado y largo plazo, invirtiendo en los pequeños detalles que hacen del camino un proceso más emocionante. Gastar el dinero es equivalente a una sobredosis de azúcar que te hace sentir el rey del mundo por muy poco tiempo, y cuando menos los esperas necesitas otra dosis para mantener la misma emoción o prepararte para sentirte culpable por mucho tiempo. Por el contrario, invertir tus recursos te asegura una experiencia más larga, incremental y placentera, es la mejor manera de disfrutar todo el camino, crecer constantemente y compartir con más personas tu riqueza.
Las 5 razones de la semana celebran la idea de acumular riqueza para compartirla e invertirla en la construcción de un futuro mejor para la gente que queremos, también invitan a desmitificar los malos conceptos alrededor del dinero y lo presentan como una herramienta de cambio y un combustible de emociones.
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