Quiero plantear esta idea: existen solamente dos tipos de personas, las que hacen todo lo que se necesita para alcanzar sus objetivos, las que siempre tienen una excusa para justificar por qué siguen en el mismo lugar. Esto se puede ejemplificar con un sinnúmero de casos, hoy lo ilustro con el hábito de lectura.
Por qué a pesar de que los libros son una avenida perfecta para alcanzar metas grandes, la enorme mayoría de personas no lee ni un solo libro al año, argumentando que no tienen tiempo. Nada más falso que eso, todos tenemos tiempo para leer, pero la mayoría no asigna tiempo a la lectura porque no lo considera una prioridad. En cambio, sí invierten tiempo en ver televisión, ver deportes o navegar en redes sociales.
Para entender, asimilar y aplicar el conocimiento que encontramos en los libros, tienes que estar únicamente concentrado en esa lectura o escucha. Evita el multitasking.
Muchos pueden ver esta demanda de concentración como una desventaja, pero si eres estratégico entenderás que es todo lo contrario. Leer fortalece tu fuerza de voluntad y capacidad de enfoque, mejora tu atención y la asimilación de conceptos. Además, los libros son una fuente inagotable de información y conocimiento. La mayoría son la síntesis de profundos trabajos de creación, investigación o exploración de alguien más, y viéndolo así, leer significa aprovechar el tiempo y trabajo de otra persona.
Los buenos libros son atemporales. Hoy no podemos ver o escuchar un discurso de Sócrates, Platón o Julio César, pero podemos leer sus ideas en libros que las recopilan. Y a pesar de que muchas personas dicen no acostumbrarse, o sencillamente no les gusta la idea de los libros digitales o audiolibros, es una realidad que han puesto al alcance de nuestra mano millones de ejemplares listos para consumirse en cualquier momento.
Hoy quiero compartir qué hago para aprovechar al máximo los libros que leo.
Secretos, tácticas y atajos para aprender más de los libros que leas
1.- Escoge libros de acuerdo con las metas que tienes en el año
Si actualmente no lees nada, cualquier libro que leas es ganancia. Pero si de verdad quieres aprender de las lecturas que hagas, tienes que leer libros que estén alineados con tus metas del año.
¿No tienes una lista de objetivos?, no es problema. Toma un cuaderno y escribe qué quieres conseguir en 2020. Los objetivos que nos fijemos tienen que sacudirnos, sacarnos de la zona de confort y obligarnos a aprender o mejorar en determinadas habilidades.
Si tu meta es aumentar tus ingresos o pagar tus deudas, leer la historia del imperio romano es bueno; pero leer Los Secretos De La Mente Millonaria de T. Harv Eker incrementará los resultados de manera exponencial.
No te preocupes por leer siempre los bestsellers, mejor busca las recomendaciones de alguien que haya tenido los mismos retos que enfrentas ahora. Esto te expone a diferentes puntos de vista y perspectivas. Comparar ideas, estrategias y visiones hará tu experiencia de lectura mucho más rica.
2.- Incrementa tu vocabulario del tema que estás leyendo
Si no tienes desarrollada la habilidad de la lectura, empieza por leer libros de ficción. Esto mejorará tu vocabulario general y te convertirá en un lector más competente. Después, identifica los libros básicos del tema que te interesa y clasifícalos de acuerdo su nivel de complejidad. Empieza por los elementales, el objetivo es aprender los términos esenciales que te permitan asimilar los conceptos en libros más avanzados.
Si quieres aprender de inversiones, pero no sabes qué es un fondo mutuo o un crédito revolvente, vas a interrumpir la lectura tanto que será más frustrante que enriquecedora.
3.- Acelera tu velocidad de lectura
Existen cursos especializados en mejorar la velocidad a la que leemos. Nunca los he tomado, por lo que no puedo asegurar que funcionen. Pero lo que sí mejora tu velocidad de lectura es que estés familiarizado con el tema, conozcas la jerga y que te mantengas medianamente actualizado en las noticias de esa materia.
No te preocupes por leer rápido, preocúpate por leer los libros correctos. Si has escogido bien los libros que lees y te ayudan a conseguir tus metas, todo el tiempo invertido en ellos es provechoso.
Para familiarizarte con el tema, el libro y el autor, revisa reseñas, entrevistas y comentarios que se hayan publicado. También los videos de YouTube son de enorme utilidad.
4.- Designa un tiempo para leer todos los días y conviértelo en una recompensa
No es cierto que no tienes tiempo para leer. Lo que tienes que hacer es reservar el tiempo y considerarlo una prioridad. Anótalo en tu agenda cada día y no lo cambies a menos de que sea extraordinariamente necesario. Todos tenemos 15 o 20 minutos al día para invertir en nuestras metas y desarrollo profesional, es apenas el 2% del día.
No importa la hora, intenta que siempre sea el mismo momento, y desconéctate de todo lo demás durante ese período de tiempo.
No dudes en hacer un poco de trampa para desarrollar el hábito. Si, por ejemplo, te gusta tomar café, prepárate una taza antes de leer y disfrútalo mientras lees. Identifica algo que dispare una sensación agradable y átalo a tu tiempo de lectura como una recompensa.
5.- Haz una revisión rápida del libro antes de empezar a leerlo
Existen diferentes tipos de lectura, desde la muy superficial hasta la analítica y profunda. Antes de empezar cualquier libro, revisa el índice y haz una lectura superficial y rápida de los primeros párrafos de los capítulos que más te interesen y llamen tu atención.
No existe un solo libro que tenga todas las respuestas, la mayoría tienen unas cuantas ideas fundamentales, concéntrate en ellas. Si algún capitulo no te interesa, o cuando empiezas a leerlo no atrapa tu atención, no te preocupes, revisa cómo cierra dicho capítulo y sigue adelante.
A medida de que avance tu habilidad de lectura, será más fácil identificar los planteamientos básicos en cada libro y disminuirás el tiempo de lectura significativamente. A menos que se trate de un texto de ficción, como una novela o cuento, no te preocupes por leer los libros de principio a fin, concéntrate en extraer los planteamientos principales.
6.- Haz tuyos los libros que lees
Si lees en formato físico, subraya, haz anotaciones y comentarios donde lo consideres necesario. No tengas miedo en dañar un libro, es tuyo. Piensa cómo recordar de manera más fácil lo que aprendiste cuando leíste esa información por primera vez.
Si escuchas los libros, procura llevar un registro escrito de tus aprendizajes o cosas destacadas. Haz una marca en el audio cuando la aplicación te lo permita.
Nunca prestes un libro. Si quieres recomendarlo, compra otra copia y regálalo. Recuerda que los libros que leas tienen que ver con tus objetivos, las anotaciones que hagas seguramente también, y no siempre conviene hacer públicas esas notas.
7.- Elabora una lista de las cosas que aprendiste y las acciones que vas a tomar una vez que termines el libro
Una de mis habilidades favoritas es simplificar la información. La capacidad de absorber y asimilar conceptos para presentarlos de manera que todo el mundo lo entienda. Precisamente esto pasa cuando haces una lista de las palabras, términos e ideas que aprendes en un libro, pero sobre todo cuando elaboras acciones concretas a partir de una lectura.
Identifica cuidadosamente qué tareas puedes realizar para poner en práctica lo que aprendiste y avanzar de manera más contundente en la búsqueda de tus objetivos.
Para concluir, podemos decir que el hábito de la lectura tiene muchos beneficios a nivel personal y profesional. Es una excelente manera de ampliar tu criterio, mejorar tus habilidades de comunicación hablada y escrita además de mantenerte informado y actualizado. Pero sobre todo, es un acelerador excepcional para conseguir tus objetivos.
No te preocupes por leer todos los libros, preocúpate mejor por leer todo lo que tengas que leer para adquirir el conocimiento y habilidades que te permitirán vivir como quieres hacerlo.
Tengo un truco más que te quiero compartir para aprovechar mejor los libros que leas:
Comparte todo lo que aprendas de un libro; escríbelo, publícalo o únete a un club de lectura. Estructurar las ideas para comunicarlas y escucharlas de nosotros mismos hace que el conocimiento se fije mucho mejor en nuestra memoria.