¿Por qué tienes que dejar de comprar objetos y mejor invertir en construir recuerdos?
Quien me conoce, sabe que hace unos años cuando entraba a una tienda de discos podía salir con un par de maletas llenas. No sé exactamente cuándo ni cómo fue, pero las cosas cambiaron. Por supuesto que Spotify y tres mudanzas en once años tienen mucho que ver en esto, porque no he comprado un solo disco en los últimos cinco años. Sin embargo, mi gusto por la música no he desaparecido, al contrario, me considero un adicto; pago la subscripción a Spotify y tengo acceso a la música que me gusta de manera práctica e inmediata. En realidad, me di cuenta que lo que me gusta es la música y no los discos.
Compartir un álbum, enviárselo a un amigo, reunirse a escucharlo, discutirlo y recomendarlo no está atado a tener el producto físico, todos podemos construir una experiencia tan estimulante como nuestra creatividad lo permita.
Sé que no estoy sólo en esto. En el momento más capitalista de la historia, cuando es prácticamente imposible voltear en cualquier dirección sin ver un mensaje que nos invite a comprar algo, lo que realmente escasea son compradores. Cada día menos personas estamos dispuestos a comprar un coche, una casa o sencillamente un libro. Estamos priorizando el acceso sobre la propiedad. Todos necesitamos acceso a transportación, albergue o conocimiento, pero la necesidad de poseer algo disminuye mientras las opciones de compra crecen, parece que muy poco se han dado cuenta que la experiencia es el producto de moda.
La felicidad no se da por la cantidad de objetos que acumulamos, está directamente ligada a las experiencias que vivimos y con quién las compartimos. Si estás pensando iniciar un negocio, esto es algo que no puedes pasar por alto. Piensa cómo crear una experiencia, cómo puedes agregar valor a la vida de las personas para que sean más felices.
Tres razones por que invertir en experiencias te hará más feliz
- No se pueden cuantificar
Las experiencias no tienen fecha de caducidad ni precio. Viajar a un pueblecito en Bélgica, hospedarte en un monasterio y hacer tu propia cerveza, puede ser gratificante como entrenar y correr tu primer 5k con un grupo de amigos. En ambos casos los recuerdos serán permanentes, vivirán contigo siempre listos para aparecer en el momento que los necesites. Por si fuera poco, las experiencias tampoco tienen límite. A diferencia de los objetos materiales, con ellas el espacio no es problema, nunca tendrás que deshacerte de una para hacer espacio para a la que sigue.
- Te introducen a personas y mundos nuevos
Es sabido que aprender algo nuevo y mejorar en ello contribuyen de manera positiva en nuestro estado de ánimo. Si en algún momento tuviste la inquietud de aprender a tocar un instrumento, estudiar arte o literatura, por ejemplo, este es el momento hacerlo. Analiza detalladamente tus finanzas y corta los gastos en objetos que pasan de moda y envejecen rápidamente. La idea de dominar algo nuevo, lejos de desaparecer, crecerá contigo toda la vida. Además, aprender algo nuevo nos abre la oportunidad de conocer personas con las que compartimos intereses haciendo más rica la experiencia, crecer nuestro network siempre tiene recompensas.
- Son únicas e inolvidables
La verdad es que no existe experiencia pequeña, ¿cuántas veces hemos pasado grandes momentos recordando hechos que cuando sucedieron parecían insignificantes? Nos han educado con la idea absurda de que lo que poseemos define quien somos, pero en realidad es lo que hacemos lo que nos identifica como individuos. Somos únicos en gran parte por eso, por las cosas que hacemos, y son estas las que vamos a recordar y compartir toda la vida.
Llenar mi vida con experiencias nuevas me ha hecho mucho más rico que acumular objetos que se deprecian rápidamente. Es el dinero mejor gastado, es la inversión que paga más intereses. Viajar, educarse, aprender algo nuevo, conocer gente y compartir con los amigos, no tiene precio.