Vaya tiempo tan raro que vivimos, a pesar de los avances que se han conseguido en todos los terrenos de la vida, parece increíble que día a día más personas sobrevivan sin la esperanza de una realización completa en el largo plazo. Y cuando digo realización lo digo de manera íntegra.
Porque no hace falta más que echar un vistazo por el Internet para darnos cuenta de que vivimos un momento con abundancia de herramientas y oportunidades; artículos, libros, videos, aplicaciones y toda clase de instrumentos para aprender sobre cualquier cosa, organizarte, trabajar desde donde quieras y al ritmo que se te antoje, crear valor en la vida de los demás y generar riqueza a tu paso. Sinceramente, hoy puedes ganarte la vida haciendo lo que quieras, lo que más te guste, lo que se te antoje. Pero tenemos que reconocer que esa avalancha de información y conocimiento es exactamente igual a los mensajes llenos de odio, vanidad, rencor, consumismo y arrogancia que habitan en las redes sociales.
Es un disparate, cuando todo el mundo debería alcanzar su máximo potencial y vivir a plenitud, más de la mitad de la población batalla para encontrar un verdadero sentido a su vida. Porque por alguna misteriosa razón, las mismas herramientas que podrían ayudarte a conseguir lo que quieras se interponen en tu camino, te distraen, te roban el tiempo y la atención, te seducen para pasar horas haciendo “lo que todo el mundo hace ”, lo normal, lo bien visto, lo que es aceptado y por qué no, hasta admirado.
El mundo parece un mejor lugar que hace 100 años, pero los estudios dicen que más personas se encuentran deprimidas, sin un propósito u objetivo inspirador. Más allá de una visita al centro comercial, enredarse en las redes sociales medio día o peinar Netflix de pies a cabeza es difícil encontrar personas dando todo lo que tienen, es la verdad, todo el mundo puede hacer más de lo que hace, contribuir y mejorar su situación – cualquiera que esta sea, pero muy pocos lo hacen. No es una cuestión material, es más bien emocional, se trata de alcanzar tu potencial máximo todos los días, sorprenderte y asombrar con lo que haces, vivir completamente feliz, sentirte satisfecho y contagiando esos sentimientos en el camino.
Las 5 razones de la semana ponen el dedo en el renglón, y señalan por qué no has alcanzado tu máximo potencial. Échale un ojo, cambia unas cuantas cosas y a volar.
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