Si hace 20 años alguien hubiera presentado la idea de crear un canal de televisión exclusivo para los aficionados a la pesca, hacer un negocio para personalizar zapatos tenis, vivir de publicar videos de viajes, recetas veganas, rutinas de ejercicio o guías para reparar coches de colección, todo el mundo se hubiera reído. El comentario general habría dicho que todos esos son buenos pasatiempos, pero que de ninguna manera se puede hacer un negocio para vivir de ellos.
(Versión en video)
Por mucho tiempo el trabajo y los negocios estuvieron imaginados y concebidos exclusivamente en base a las circunstancias del mercado, en donde lo más importante era identificar una necesidad, crear un producto o servicio para cubrirla, automatizar el proceso, reducir los costos al mínimo, emplear el marketing para dar a conocer el producto y crear un proceso de distribución eficiente para hacerlo llegar a los consumidores. La pasión o los intereses de los productores no formaban parte fundamental de la ecuación, el trabajo estaba divorciado de ellos y en todo caso eran nada más las actividades del fin de semana.
Hoy la economía ya no puede ser vista de la misma manera. La globalización arrebató a los trabajadores su capacidad de negociar mejores condiciones de trabajo, al mismo tiempo que la automatización eliminó muchas fuentes de trabajo y disminuyó las posibilidades de la clase trabajadora para triunfar en el modelo considerado normal. Afortunadamente los mismos procesos globalizadores ampliaron las oportunidades para quien esté dispuesto a prepararse y enfrentarlo.
El avance de la tecnología disminuyó los tiempos y costos de producción en todos los sectores, conectó al mundo entero creando mercados enormes donde antes apenas había nichos, y facilitó las comunicaciones para establecer relaciones entre corporaciones o particulares. Estos factores disminuyen las barreras para entrar al mercado, prácticamente todas las personas que viven en el mundo desarrollado pueden participar, pero la oferta es tan amplia que la única manera para triunfar es ofreciendo algo diferente, personalizado, único, inconfundible.
Entonces, ¿qué es la economía de la pasión?
Así que la economía de la pasión se refiere de manera muy amplia a todos aquellos atrevidos, rebeldes e innovadores que hacen de sus habilidades, intereses y pasiones un estilo de vida, en el que triunfan económicamente al mismo tiempo que tienen una vida balanceada.
La economía de la pasión permite vivir de tu pasión por los videojuegos, la meditación, tocar un instrumento musical, diseñar ropa para un pequeño nicho de consumidores, compartir tu amor por la lectura, diseñar jardines botánicos o cualquier actividad a través de la cual puedas conectar con un mercado específico y alimentar su interés por él.
La economía de la pasión no es un termino exclusivo para los emprendedores de Silicon Valley y los grandes centros tecnológicos, es tan incluyente que caben todos aquellos creadores que utilizan las nuevas tecnologías para navegar la ola del cambio, y apalancan su negocio en su originalidad, aquí la creatividad y reinvención son el principal motor del progreso.