En el mundo de la tecnología y la industria de la música, el año 2001 es recordado como el año en que apareció el iPod. No era el primer dispositivo portátil para escuchar música digital, pero sería el que cambiaría los cosas para siempre.
Para su lanzamiento, Apple creó una campaña de marketing extraordinaria con gráficos impresionantes y un slogan que todos recordamos: “1000 canciones en tu bolsillo”. Además, el iPod era un aparato muy práctico, funcional y estéticamente muy bonito. El mismo producto era una campaña de marketing en sí misma: la gente tenía que verlo, porque ese simple hecho despertaba el interés de muchas personas. Yo conocí unos cuantos que sin ser consumidores naturales de música, acabaron comprando un iPod por eso, porque era bonito, práctico y como se dice ahora: era cool.
El iPod era la oportunidad de Apple para ampliar su base de consumidores, dejar de ser la compañía de los geeks y nerds para convertirse en la compañía que marcaba la tendencia en un estilo de vida. Pero había un problema, Apple sabía que el iPod se llevaría en la bolsa del pantalón o de una chamarra y que iba a ser muy difícil ver cuando alguien lo estaba utilizando en algún lugar público. ¿Qué hicieron?, ¿cómo resolvieron este dilema? muy fácil: incluyeron un par de audífonos blancos con cada iPod.
No se por qué, pero hasta ese momento todos los audífonos de todos los aparatos del mundo eran negros. Así que de la noche a la mañana los audífonos blancos se convirtieron en un objeto de deseo. Quién tenía unos era cool, por que tenía un iPod, tenía toda la música que quería en el bolsillo y absolutamente todo el mundo lo notaba. Los audífonos blancos, además de servir para lo que todos los audífonos sirven, también se convirtieron en un billboard, un anuncio espectacular que gritaba que ahí, en el transporte público, en la oficina, en el café o en la escuela, alguien cool estaba utilizando un iPod.
Tal vez el iPod no fue el primer dispositivo portátil para escuchar mp3, pero fue el que vino a revolucionar el marcado. Con el iPod, Apple pensó fuera de la caja, no se conformó con las opciones que tenía, amplió las posibilidades y resolvió un problema común de una manera revolucionaria.
Entonces, ¿qué es pensar fuera de la caja?
(versión video de esta nota)
Pensar fuera de la caja fue concebido originalmente a finales de los años 70 para resolver el acertijo de los nueve puntos, pero se ha utilizado tanto en el mundo profesional que se ha desgastado hasta convertirse en un sinónimo de pensar diferente. Pero pensar fuera de la caja es mucho más que ser creativo y pensar de una manera distinta.
Pensar fuera de la caja requiere abordar los problemas de una manera innovadora, conceptualizar la situación de manera única y entender que la solución al problema está fuera de todas las herramientas y opciones que se han utilizado hasta ese momento.
Pensar fuera de la caja te obliga a imaginar un campo de acción más grande del marco tradicional en el que te has movido siempre, y que el universo de soluciones es tan amplio como tu capacidad para escapar de una estructura rígida, donde las cosas se hacen de la misma manera, porque sencillamente así se han hecho siempre.
Y, ¿por qué es importante?
1.- Pensar fuera de la caja amplía nuestra visión del mundo
Expande nuestra perspectiva de las situaciones y las posibilidades de crecimiento y éxito. Es incorporar ideas, voces y puntos de vista transformadores que hacen que tu visión no tenga límites.
2.- Pensar fuera de la caja contribuye a mejorar la calidad de nuestro trabajo
Porque ampliar la visión y solución de los problemas te expone a ideas progresistas que nunca se conforman.
3.- Pensar fuera de la caja elimina los límites
Amplía tu campo de acción e influencia al volverte más incluyente y atrevido.
Pensar fuera de la caja significa sacudir el status quo y atreverse, abandonar el pensamiento único que obliga a resolver las cosas de manera lineal para ampliar el abanico de oportunidades, y considerar alternativas más allá de los límites que la mayoría de personas ve.