Cómo sentirte seguro en el trabajo
¿Te parece qué las cosas van muy rápido? ¿Qué muchas cosas de tu trabajo están cambiando?
¿Qué es tanta información nueva, que por momentos te sientes inseguro o fuera de la jugada porque no sabes que va a pasar mañana?
(Versión en video)
Es perfectamente normal, porque efectivamente son muchos los cambios que estamos viviendo, y nadie sabe exactamente que va a pasar mañana, pero también es cierto que todos necesitamos un poco de certeza para poder trabajar y vivir.
La clave está cómo podemos encontrar o generar la certeza que necesitamos para operar bien y seguir avanzando.
Dependiendo del tipo de noticias que consumas, puedes pensar que vivimos el momento más inseguro en la historia de la humanidad. Los medos dicen que todo está cambiando; se habla de revolución industrial, de la automatización del trabajo, la reinvención profesional y la disrupción, al mismo tiempo que se comentan los altos niveles de inflación, la llegada de las criptomonedas, los despidos masivos, las guerras y hasta el calentamiento global.
Es mucha información, la combinación de todo esto, genera la sensación de vivir en un mundo poco seguro, nadie sabe cómo serán las cosas mañana, muchas personas se preguntan si tendrán un trabajo o de qué tipo, si se verán obligados a cambiar de carrera o a empezar un negocio.
Vivir todos los días con incertidumbre es imposible, porque los seres humanos necesitamos tener un cierto nivel de certeza de lo que será el futuro, nuestro cerebro procesa la ambigüedad como una amenaza y trata de protegernos, por eso en los momentos de inseguridad tenemos menos capacidad de ver las oportunidades.
Lo que no dicen los medios de comunicación, es que el cambio siempre ha sido parte de la vida, lo que estamos viviendo no es completamente nuevo. Obviamente el cambio se presenta de muchas maneras, algunas veces es positivo y otras no tanto, pero eso depende de nuestro enfoque, podemos subirnos a la ola del cambio y aprovechar su fuerza, o podemos encoger los hombros y dejar que un golpe nos derrumbe.
El secreto para manejar el cambio y crear certidumbre es encontrar el balance entre lo cierto y lo incierto.
Nadie debería vivir sabiendo exactamente que va a pasar en su futuro, la incertidumbre en cierta medida puede ser buena, ya que nos permite experimentar nuevos sentimientos, y emociones, como la sorpresa y la diversión.
La paradoja es que para progresar necesitamos certidumbre e incertidumbre al mismo tiempo, pero lo importante es evitar que la certidumbre te convierta en alguien desinteresado, incapaz de aprender algo nuevo porque ya sabe lo que le espera en el futuro, ni dejar que la incertidumbre te paralice tanto que no puedas adaptarte al cambio.
La clave es aceptar que el cambio es lo único completamente seguro, y que tu preparación, experiencia, capacidad y adaptabilidad te permiten enfrentar cualquier reto sin importar si es nuevo o más grande de lo que has enfrentado antes.
Esta es mi estrategia para crear certidumbre en un mundo que cambia todo el tiempo.
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No te resistas al cambio
No hay duda que estamos viviendo tiempos de muchas transformaciones. Resistirnos o negarnos no ayuda en lo más mínimo, porque los cambios ni se van a detener ni van a desaparecer, la alternativa que tenemos es aceptarlo.
El simple hecho de aceptar una situación libera mucha de la presión que esta causa, porque puedes pasar del estado de resistencia al de la acción.
Ahora bien, aceptar el cambio no es lo mismo que resignarse a él. No se trata de aceptar que algo va a pasar y tú no tienes ningún poder sobre lo que pasa, aceptarlo viene de la mano con la responsabilidad de hacer los ajustes que tienes que hacer para aprovecharlo.
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Invierte en ti mismo
El mejor recurso que tienes para enfrentar el cambio eres tú mismo.
Cuando ese recurso se agota, entonces si estás en problemas, pero mientras tengas la capacidad de aprender cosas nuevas, mejorar tus habilidades, ampliar tu red de contactos y cuidar tu estado físico y metal entonces tienes la seguridad que puedes seguir avanzando.
Hasta cierto punto se trata de ser un poco egoísta, pensar primero en ti, pero solamente para prepararte. Una persona mejor preparada tiene más claridad de pensamiento, es más creativa y puede valerse de sus recursos para sobreponerse a cualquier cambio.
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No creas todo lo que piensas ni escuchas
La primera táctica para reducir el estrés y la inseguridad es no creer todo lo que piensas y menos todo lo que escuchas.
Particularmente en tiempos de incertidumbre, es normal escuchar ideas y argumentos completamente extremos y disparatados. Por ejemplo, si escuchas las noticias sobre economía, algunos expertos anticipan un colapso total de la economía mundial, al mismo tiempo que otros dicen que es el mejor momento para invertir, ¿quién puede asegurar que tiene la razón?
Por supuesto puede ser útil considerar los peores escenarios para prevenir un desastre. Pero cuando creemos en esos pensamientos estresantes, tendemos a reaccionar emocionalmente de manera negativa. En lugar de aceptar cada pensamiento o comentario estresante, también podemos imaginar activamente el mejor de los escenarios y hacer un balance con los dos puntos de vista.
No creas todo lo que escuchas ni todo lo que piensas sin analizar todos los puntos de vista y revisar un poco de historia. Verás que todo lo que estamos vivido ya se ha vivido, y bien que mal aquí estamos.
Cuando analizas toda la información aprendes que los problemas se pueden resolver y que nos podemos adaptar, eso te dará la certeza que necesitas para saber que con trabajo todo estará bien.
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Deja de pensar que alguien puede rescatarte
Cuando nos sentimos impotentes, es fácil pensar que alguien más puede venir a rescatarnos.
Todos tenemos relaciones que pueden ayudar y echarnos la mano para encontrar la salida, pero si no asumimos la responsabilidad de un cambio profundo, cualquier ayuda será una solución temporal, porque finalmente todo el mundo, incluidos nuestros familiares y amigos tienen que hacer frente a sus problemas en algún momento.
En resumen: para enfrentar a la incertidumbre, es muy bueno dejar de quejarse y sentirse la víctima o alguien indefenso.
Es mejor abandonar nuestra fijación en el problema, para enfocarnos en los resultados que queremos. Pregúntate ¿cómo puedes hacer una buena historia de un mal momento? ¿cómo puedes salir fortalecido de un problema? y ¿qué puedes hacer para encontrar algo bueno en cualquier situación?
Cuando asumimos la responsabilidad de nuestras vidas, dejamos de ser la víctima y nos convertimos en la solución.
Conclusiones:
¿No te parece que la vida sin incertidumbre sería muy aburrida?
Yo creo que si, por eso no pretendo eliminarla por completo.
Mi objetivo es encontrar el equilibro entre certeza e incertidumbre, y utilizar las dos para vivir moverme hacia adelante.
El futuro y sus cambios no están en mis manos, no sé que va a pasar, puedo formar una idea con base en la historia, pero mi mejor apuesta es cambiar yo mismo a la misma velocidad que está cambiando el mundo; prepararme lo mejor posible, aprender todo lo que pueda, conocer más gente, estudiar, desaprender todo para aprenderlo otra vez. Así tengo la seguridad que sin importar el tipo o tamaño de reto que se me presente yo estaré listo.