Si echamos una mirada en la historia, vamos a reconocer algunos momentos clave que han transformado el modo en que nos relacionamos, actuamos y sobre todo, la que nos ocupa hoy, la manera en que trabajamos.
Para no ir más lejos, solamente basta recordar casos como el boom y colapso de la era “dot com” (o punto com), cuando se desplomaron los portales de internet más importantes a finales de los 90; o la crisis inmobiliaria de 2008. Ambas crisis acarrearon un crack mundial que literalmente revolucionó muchas cosas, además de impulsar la transformación digital. A partir de entonces, es imposible funcionar profesionalmente si no se entiende el lenguaje y las normas digitales. Las comunicaciones son mucho más rápidas, la interacción y colaboración se ha multiplicado y la competitividad como factor de ventaja continua a la alza.
Esto no quiere decir que yo esté de acuerdo con estos valores, pero son una realidad, de la misma manera en que es una realidad que a partir de la pandemia del Covid-19 las cosas no serán igual en el ambiente profesional y de negocios.
Ninguna transformación es fácil. Cambiar un hábito, una costumbre o un proceso en el caso de las organizaciones puede tomar años, pero cuando no tienes otra opción, lo mejor es poner manos a la obra cuanto antes.
Lo que me parece más importante en esta ocasión es que la transformación no es empujada únicamente por una crisis económica, no deja de ser un factor preponderante, por supuesto, pero el otro -el que es fundamental para cambiar- es el factor humano.
Tarde o temprano los negocios continuarán. Las actividades, aunque no de la misma manera, se reactivarán y volveremos a ocuparnos de algunas cosas que por algunos meses hemos dejado de lado. Todo entrará en el cauce de lo que es conocido como “la nueva normalidad”, aunque por mucho que cambie, será todavía conducido por nosotros, seres de carne y hueso con intereses y valores.
Quien logre cambiar de manera más drástica y rápida, respetando la esencia de las relaciones y valores humanos, estará en una posición de privilegio. ¿Quieres llegar ahí?, estas son las cosas que no puedes perder de vista, las cosas que tienes que dominar para destacar en el ambiente laboral y de negocios a partir de ya.
Diferencias que distinguirán a los mejores profesionales a partir de 2021
1.- Enfocarse en resultados, no en procesos
Por supuesto que los procesos son valiosos e importantes en cualquier rutina o cultura de trabajo. Nos ahorran tiempo y facilitan la colaboración, además de liberar espacio para concentrar en las prioridades. Sin embargo, marzo de 2020 nos enseñó que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana.
Sabemos que los procesos que hemos desarrollado por mucho tiempo pueden resquebrajarse por factores externos que nosotros no controlamos. Hoy entendemos que lo importantes es alcanzar los resultados a pesar de romper o modificar protocolos en el camino.
No hay duda que 2021 vendrá lleno de retos, el ambiente será de una competencia extrema. Cada cliente, cada trabajo y cada oportunidad serán un campo de batalla. Los profesionales y compañías que se concentren en alcanzar resultados serán más exitosos que quien se dedique a desarrollar procesos.
2.- Manejar los recursos de manera impecable
Ya todos lo empezamos a sentir recortes de presupuestos y una alta demanda de tiempo y atención. El manejo adecuado -o mejor dicho, perfecto- de todos los recursos será una de las habilidades más demandadas en el nuevo espacio profesional.
Una necesidad progresiva de competir por oportunidades requiere de una gestión ejemplar de todos los recursos con los que se cuenta. Esto no es nuevo, pero la nueva normalidad nos exigirá todavía más administrar muy bien nuestro tiempo, nuestra energía, enfoque y por supuesto, nuestro capital financiero.
Quien gobierne mejor que su competencia, verá crecer todas sus oportunidades de manera sustancial.
3.- Fortalecer su capacidad de liderazgo
Todos los días nos enteramos de espacios y plataformas nuevas donde se comparten opiniones y puntos de vista, pero cuando los atendemos con atención, nos damos cuenta de que lo que se comparte es básicamente ruido o desinformación. Lo mismo sucede en las organizaciones, si no se favorece el crecimiento de liderazgo en todos los niveles, crece un ambiente de inseguridad y confusión. El líder no es necesariamente quien maneja un equipo o tiene una lista de seguidores más grande, es quien se gana la confianza de su comunidad, y esto se puede hacer a cualquier nivel.
No tienes que ser el jefe ni la compañía más grande en el mercado para marcar tendencia, tienes que ser el que escucha, genera confianza y fomenta la colaboración. En un ambiente altamente inestable, las compañías y profesionales capaces de encontrar la dirección y generar ambientes seguros, verán muchos años prósperos.
4.- Formar equipo
Ser líder y formar parte importante de un equipo no son excluyentes. Incluso sabemos que cada día será más importante incrementar las dos habilidades.
Trabajar en equipo, entender las necesidades de todos los miembros de este y ser capaz de comandar sus esfuerzos será vital en la nueva arquitectura laboral. Ya no hay espacio para organizaciones que pretendan crecer o sobrevivir a partir del talento de una sola persona. Los planes a mediano y largo plazo –indispensables para mantenerse activo en los negocios– requieren de estructuras alimentadas por equipos dinámicos, ágiles y capaces de renovarse constantemente.
Aprender a trabajar en equipo, colaborar con personas de varios ambiente y especialidades, entender sus necesidades y priorizar su desarrollo será esencial en las organizaciones y profesionales modernos.
5.- Impulsar el trabajo social y sostenible
Definitivamente no son valores nuevos, pero los últimos meses nos han obligado a replantear prioridades. Nos hemos entrenado en calcular mejor el valor y la importancia del tiempo que pasamos trabajando, atender a la familia y convivir con las personas que más queremos (aunque sea virtualmente).
La importancia del trabajo ha calibrado una vez más su labor social, y empieza a ser medido cada día más por la cantidad de personas a las que impacta de manera positiva y el impacto que tiene en la sociedad. No podemos ser ingenuos e ignorar que vivimos en medio de una contienda. Por un lado, quienes quieren avanzar de manera acelerada a la recuperación económica a cualquier costo y, por el otro, una propuesta más holística de recuperación, en la que el planeta y todos los que lo habitamos tenemos el mismo valor. La segunda ya ha empezado a dar sus frutos. Trabajos que antes eran considerados de menor importancia han tomar el protagonismo que nunca debieron perder, y el orden natural de las cosas empieza ser cada día más importante.
Cooperar, invertir tiempo en regresar a la comunidad y rescatar valores que se habían perdido continuarán creciendo en importancia.
Conclusión
Las circunstancias que hemos vivido recientemente han ocasionado que algunas de las cualidades de liderazgo y gerencia que ayudaron a muchas compañías o ejecutivos a desarrollar su carrera hayan perdido relevancia; han dado paso a habilidades blandas que hacen de los negocios un espacio más humano.
Esto no quiere decir que la competencia disminuirá o será menos agitada, al contrario, se anticipa un ambiente sumamente combativo, con mucho trabajo automatizado. Es precisamente esa la coyuntura que se abre para dar paso a las relaciones personales y habilidades emocionales que distinguirán a los profesionales a partir de 2021.
Desarrollar nuestra inteligencia emocional, el liderazgo emotivo y destacar el valor de las personas como el recurso más importante en todas las actividades profesionales, diferenciará a los profesionales más destacados en los próximos años.
Por llegar hasta el final de la nota, tengo para ti otra diferencia más de los profesionales más destacados a partir de este momento: la autoconciencia.
Es clave reconocer nuestras emociones, nuestros valores y nuestros pensamientos, así como los de las personas con las que trabajemos, y utilizarlas todas con el único afán de crecer. Para hacerlo, la mejor vía es preocuparnos por nuestra salud. Hacer ejercicio, hacer algún tipo de meditación, descansar correctamente y mantener una dieta balanceada son básicos para ese fin.