Existe una idea generalizada de que nuestra vida mejora cuando sumamos cosas; cuando adquirimos, cuando apilamos, cuando nos hacemos de más. Para la mayoría, resulta más atractivo visitar un centro comercial y comprar un par de jeans, unos zapatos o cualquier otra cosa, antes que dedicar tiempo a limpiar un closet en el que ha acumulado ropa y tiliches.
Esta presunción no se limita a los espacios físicos, hoy que estamos migrando gran parte de nuestra a vida a la esfera digital, se ha alimentado la ilusión de éxito a partir de tener más contactos en redes sociales, más apps en el teléfono movil, más restaurantes evaluados en Yelp, más canales de televisión en el sistema de cable, más likes o fotos en Instagram, y así una letanía interminable de cosas que, sinceramente, lo único que hacen es robarnos tiempo.
Cuando llenamos los espacios físicos, virtuales o emocionales a su máxima capacidad, en realidad lo que estamos haciendo es limitando el espacio, la atención y el cuidado para lo verdaderamente importante.
Involucrarnos en más proyectos, ver más series de televisión y acumular cosas y más cosas alimenta nuestro ego, pero no tiene relación directa con nuestro éxito o bienestar. Incluso, podemos argumentar que cualquier cosa que agreguemos en el camino, con el paso del tiempo se convertirá en una carga que limite nuestra movilidad y capacidad de enfoque. Antes de preguntarte qué más te hace falta, analiza mejor qué te sobra, qué puedes dejar y cómo puedes aligerar la carga.
Agregar cosas a nuestra vida es fácil, lo difícil es sustraer; dejar ir, liberar espacio para pensar, desarrollar ideas, descubrir y disfrutar. Siempre será más trascendente en la vida abandonar un mal hábito, alejarse de un espacio tóxico, dedicar más tiempo de calidad a pocas amistades o localizar la energía en menos proyectos, que la idea chantajista de acumular más.
La necesidad imperante de aprender todo el tiempo y reinventarnos de manera constante ha empujado a muchas personas a acumular habilidades, cursos o hábitos que a la larga nunca utiliza. Las 5 razones de esta semana celebran la idea de mejorar exclusivamente en 5 hábitos, y centrar en ellos la búsqueda del éxito y la felicidad. Atrévete, deja ir y domina estas 5 rutinas, nada más.
1) Tener disciplina
La disciplina es conocida como la reina de todos los hábitos.
El secreto para dominar una habilidad nueva, alcanzar un estado físico pleno, tener relaciones vigorosas y avanzar en el desarrollo personal o profesional, no es tener dinero y otros recursos, sino la disciplina de administrar de manera eficiente lo que se tiene, y comprometerse con una estrategia al mediano y largo plazo.
2) El cuidado personal
¿Qué es un cuerpo humano sin energía? El cuidado personal es mucho más que verse bien, es estar sano, en forma y lleno de energía.
Meditar, hacer ejercicio de manera regular, tener una dieta balanceada y descansar son las claves de un cuidado personal firme. Un cuerpo fuerte y una mente sana son capaces de alcanzar cualquier cosa que se propongan.
3) Aprendizaje constante
No saber no es problema, el problema es no querer aprender. La vida no es una línea recta; los objetivos, intereses e incluso la manera de conseguirlos cambia.
No te estaciones en las ideas rancias de hace años, desaprende constantemente cómo haces las cosas y aprende todo una vez más. Es casi como encontrar la fuente de la eterna juventud.
4) Disfrutar el proceso
Es probable que a lo largo de la vida tengamos más tropiezos que aciertos. En verdad la vida profesional es así. Por eso, es importante disfrutar el proceso completo, enfocarse en la tarea inmediata y sumar muchas de ellas para conseguir un gran objetivo.
Si aprendes a disfrutar el proceso, alcanzar el objetivo ya no es tan importante, porque ya habrás disfrutado. Ríete de tus errores y de ti mismo, ponle buena cara a los retos y no seas tan duro contigo mismo.
5) Ser agradecido y servir a los demás
Es natural enfocarse en una buena relación profesional y cerrar negocios con socios, clientes, empleados o conexiones. Pero hay una ganancia mucho mayor, una inversión que al paso del tiempo se traduce en más dividendos: construir amistades reales.
Las amistades fuertes, esas que se preocupan por uno y uno por ellos, están relacionadas directamente a nuestro bienestar. Son las personas que nos inspiran, nos motivan y siempre están dispuestas a colaborar. Las amistades se fortalecen cuando somos agradecidos y estamos dispuestos a ayudar antes de pedir algo a cambio.
Conclusión:
La idea de más es menos se ha popularizado en muchos terrenos. Seguramente has escuchado de personas que viven con menos de 50 prendes de vestir pero siempre lucen impecables, es un concepto que me interesa mucho.
En la búsqueda de más información, encontré este video que habla del minimalismo y su importancia en el mundo de hoy. Vale la pena verlo, te lo recomiendo: ¿Por qué Menos es Más?
Consulta el archivo histórico de Las 5 Razones (no pierden vigencia ?)