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Cuando pensamos en éxito, por lo general imaginamos tener una gran cantidad de dinero. Sin embargo, en el diccionario la palabra éxito se define como “alcanzar un objetivo o propósito”. Entonces, ¿por qué nunca buscamos el éxito en la mayoría de las áreas de nuestra vida además de las finanzas? ¿por qué no establecemos metas en los temas de salud, familia y amistades?
El libro “El efecto compuesto” responde a estas preguntas de una manera sencilla. Después de leerlo no tendrás excusas para no dar pasos hacia una vida mejor.
¿Quieres perder peso?, ¿organizar tus finanzas? o ¿salir de una crisis existencial? El principio detrás del efecto compuesto te puede ayudar. El libro propone poner más atención a las pequeñas decisiones que tomamos todos los días, y así realizar cambios duraderos en todos los aspectos de la vida. Plantea que es el trabajo duro y lento lo que garantiza el éxito.
Darren Hardy nos enseña que no son las grandes acciones, sino aceptar toda la responsabilidad de nuestra vida, cambiar nuestros hábitos y repetirlos de manera constante lo que garantiza una existencia satisfactoria y feliz.
Estoy seguro que más de una vez te has despertado diciendo: hoy es el día, hoy voy a conseguir todo lo que he soñado, voy a bajar de peso, voy a terminar todos esos pendientes que tengo atrasados, etc., pero antes del mediodía piensas que tal vez hoy no es el momento, que será mejor empezar mañana.
El problema no es el objetivo, es tu actitud. El problema es cómo planeas alcanzar las cosas. Es bueno pensar que podemos cambiar el mundo, porque sí se puede, pero no de la noche a la mañana.
La manera de hacerlo es creando un plan, cambiar poco a poco los malos hábitos y sustituirlos por buenos para ampliar nuestra capacidad. Una vez que alcanzaste un objetivo pequeño, mantener la disciplina para construir algo más grande.
Las 6 enseñanzas que me dejo leer “El Efecto Compuesto”
1) El efecto compuesto en acción
No importa qué tan inteligente o cuánto talento tienes, el trabajo duro es la única alternativa que garantiza el camino al éxito. Si tus competidores tienen más habilidades, si de manera natural fueron privilegiados con más recursos para competir, no quiere decir que no puedas superarlos, quiere decir que tienes que tener un mejor plan y trabajar más duro que ellos.
El éxito no va de la mano con esperar ganarse la lotería o encontrar el trabajo que te hará millonario en poco tiempo, el éxito siempre se encuentra cuando repetimos de manera constante pequeñas acciones, cuando las convertimos en una rutina o un hábito. La capacidad de convertir lo ordinario en extraordinario se da a partir de la fuerza de la repetición.
La sociedad se ha encargado de hacernos creer que los grandes cambios y acciones son lo que importa y lo que marca la diferencia, pero es completamente lo contrario. Son las pequeñas decisiones, esas que parecen invisibles, las que a lo largo del tiempo te aseguran alcanzar cualquier objetivo por difícil que parezca.
2) Nuestras elecciones determinan el nivel de éxito que alcanzamos
Todo pasa porque en algún momento hicimos una elección. Incluso cuando no decides, estás decidiendo, porque dejas que alguien más decida por ti. Muchas elecciones las hacemos de manera inconsciente, pero ahora que lo sabes puedes despertar y tomar control. Es una oportunidad única saber que el 100% de las cosas que decides son responsabilidad tuya. Hay cosas que parecen pequeñas porque las decides todos los días, por ejemplo, qué desayunas, qué información consumes, si haces o no ejercicio. Aunque parezcan cosas cotidianas sin valor, a lo largo del tiempo impactan drásticamente en los resultados y en nuestra vida.
El ser humano es especialista en sabotearse a sí mismo, y cuando esto pasa, culpa a la mala suerte, pero todos sabemos que la buena suerte es el resultado de la preparación más la oportunidad. Si no te estás preparando todos los días, si no te mantienes actualizado, aprendiendo, creciendo y experimentando, entonces nunca tendrás buena suerte. Las oportunidades se le presentan a quien las busca, a quien está dispuesto a activar el efecto compuesto al sumar pequeñas acciones positivas todos los días.
3) Los hábitos son la mejor arma para conseguir el éxito
Somos lo que hacemos, no lo que decimos que hacemos o queremos hacer. Todos nacemos con instintos pero no hábitos, esos los vamos desarrollando, y es una decisión nuestra si desarrollamos buenos o malos hábitos.
Una buena rutina de hábitos es lo que realmente marca la diferencia entre las personas exitosas de la personas mediocres.
No es suficiente con pensar que quieres ser exitoso, necesitas una razón suficientemente grande para mantenerte motivado todo el tiempo, y una rutina de hábitos para conseguirlo.
Para empezar a cambiar hábitos malos por buenos, empieza por hacer un reporte detallado de cuánto tiempo pasas educándote y cuánto viendo televisión; cuánto tiempo dedicas a hacer ejercicio y cuánto pasas en redes sociales. Tienes que ser muy honesto y empezar a inclinar la balanza hacia las cosas que te hacen crecer, recuerda que es únicamente tu mundo el que puedes modificar, no quieras cambiar a otras personas.
Haz una lista de tus prioridades, escríbelas en tu agenda e invierte tiempo en ellas. Tienes que prepararte para el éxito, trabajar de manera eficaz y enfocado en tus prioridades. Piensa en las cosas que sumas a tu vida, no en las que eliminas.
A nadie le gusta hacer siempre lo mismo. Para ayudarte, comparte tus objetivos con alguien que te inspire a alcanzarlos, mientras tú le ayudas a hacer lo mismo.
4) Empieza poco a poco para generar un gran movimiento
Un cuerpo estático no se mueve a menos de que una fuerza externa lo mueva. Si no te estás moviendo, y por cualquier razón no estás alcanzando los objetivos trazados, empieza por dividirlos en pequeñas metas para empezar a generar el empuje que necesitas.
Empieza con una acción pequeña, pero que se ubique en el centro de tus objetivos y valores. Repítela para que se convierte en un hábito y más adelante será una rutina, por ejemplo, hacer ejercicio por las mañanas. Las rutinas son la mejor manera de hacer tareas diarias de manera automática.
La mayoría de la gente no hace cosas grandes porque no desarrolla las rutinas adecuadas, no seas uno más del montón.
5) Busca las buenas influencias
Todo lo que encuentras en tu entorno te influye. Las personas, el lugar de trabajo, etc. Lo que tienes que buscar es que te influya de manera positiva. Tú tienes el poder para controlar absolutamente todo lo que consumes: la información, la comida, el entretenimiento, etc.
No puedes cambiar tu ADN, pero sí puedes cambiar tu comportamiento. Tienes que colocarte en un estado positivo a través de todo lo permites que entre en tu vida. Limita o elimina por completo la información pesimista de las noticias o el entretenimiento popular.
Convierte tu teléfono móvil en un salón de clases. Escucha un libro, un podcast, consume contenido formativo, aprende habilidades nuevas.
Las personas con las que pasas tiempo también tienen un efecto muy importante en tu vida. No puedes pasar el tiempo con personas negativas si quieres pensar de manera positiva. Busca personas o grupos que cuestionen tus puntos de vista, que te hagan responsable de hacer lo que prometiste que harías.
Todos necesitamos un consejo de asesores, personas con experiencia que puedan ayudarnos, si no los encuentras en el círculo que frecuentas hoy, tienes que buscar otro grupo de amistades o colegas. Busca personas que sueñen en grande, gente que siempre está buscando una nueva aventura.
En la vida vas a recibir lo que tú permitas. Si permites que se falte al respeto, te lo van a faltar a ti; si toleras que las personas lleguen tarde, te van a tener esperando. Decide dónde está la línea y no te muevas de ahí. Piensa de manera positiva, el vaso está siempre casi lleno.
6) Procura crecer todo el tiempo
La vida se divide entre los que se detienen y los que continúan, entre los que compiten con otros y quienes compiten contra ellos mismos para alcanzar una mejor versión de su persona.
Siempre podemos hacer un poco más a pesar de sentir que ya lo dimos todo, ese el momento definitivo que marca la diferencia. Un tropiezo no es un obstáculo, es una oportunidad. Nunca esperes que las cosas sean más fáciles, espera que sean mejores.
Haz más de lo que se te pide, lo inesperado, lo que nadie imagina. Sepárate del montón para que te escuchen. En un mundo con tanto ruido tienes que hacer cosas extraordinarias, diferentes a la mediocridad de la mayoría. Rebasa las expectativas y crea experiencias únicas para las personas a tu lado.
Conclusión
Cada decisión que tomamos, por pequeña que sea, afecta nuestro destino. Por ello, necesitamos trabajar de manera constante, dar pequeños pasos todos los días para desarrollar buenos hábitos y rutinas que nos impulsen a conseguir cosas más allá de nuestros límites.
No son las grandes acciones como sacarnos la lotería o bajar de peso con cirugía las que nos generan mayor satisfacción, son las cosas pequeñas que repetimos todos los días las que nos garantizan un vida plena y satisfactoria por más tiempo.
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