Estas son las mentiras que no te dejan crecer profesionalmente

by | Feb 16, 2023 | desarrollo profesional, Transformación profesional

Nunca he conocido alguien que no quiera crecer profesionalmente. Tal vez no lo dicen, pero sueñan con eso todos los días. ¿A quién no le gustaría crecer profesionalmente? Es algo normal para cualquier persona que trabaja. Querer un ascenso, un aumento de sueldo, empezar su negocio, independizarse, tener más libertad, trabajar en lo que más le gusta, decidir sobre su vida sin dar explicaciones o sin pedir autorización para hacer lo que quiere. 

Todas estas, y muchas otras razones son válidas, son objetivos que motivan a alguien que busca crecer profesionalmente.  

 

(Versión en video)

 

Sin embargo, es un porcentaje muy pequeño de profesionales los que hacen. La gente sueña, pero no toma acción. Pasan los años y siguen haciendo lo mismo, todavía tienen ese sueño de mejorar, pero no hacen nada para cambiar su situación.  

 

Lo más increíble – que incluso me hace enojar – es que muchas son personas preparadas, con mucha experiencia, con estudios, contactos, incluso con más recursos que la mayoría, pero no hacen lo que podrían hacer.  

 

La pregunta es, ¿por qué si tienen lo que se necesita, incluso más, para crecer profesionalmente sin depender de nadie, no lo hacen? Para mí, porque no creen en ellos y se engañan una y otra vez con mentiras que se inventan en la cabeza, en realidad son pretextos, una historia para justificarse que muchas veces es tan fantástica que la creen de verdad.  

 

Bienvenidos a inconfundiblemente, soy Julio Muñiz, hoy voy a platicar algunas de las mentiras que impiden que personas con talento alcancen todo su potencial, vamos a mencionar las mentiras más frecuentes que muchas personas se inventan para no crecer profesionalmente. Ojalá no sea tu caso. 

 

Todo lo que pensamos y hacemos por nuestro desarrollo profesional, tiene que ver con la educación que recibimos desde niños tanto en la casa, como en la escuela. Esto no quiere decir que nuestro destino está determinado al 100% desde que somos muy jóvenes, pero sí tiene mucha influencia en la manera que nos comportamos en el trabajo.  

 

 

La educación juega un rol importante

 

La mayoría de nosotros fuimos educados en un ambiente que celebra únicamente los triunfos. El niño con las mejores calificaciones o el atleta más ganador se llevan todos los aplausos y atención de los papás y sus maestros. Mientras que los niños o jóvenes que intentan, pero no les salen bien las cosas a la primera, o que quieren hacer todo sin seguir las reglas,  son señalados como niños problema. A la larga, esto hace que muchas personas se hagan inseguras y les dé mucho miedo intentar algo nuevo, porque saben que van a ser juzgados. 

 

La educación formal e informal, es decir, lo que se enseña en la casa y en la escuela no quiere que seas o pienses diferente, quiere que sigas las reglas, que aprendas a obedecer para funcionar bien en la sociedad sin dar muchos problemas.   

 

Estas ideas no terminan en la escuela. Cuando ya estamos trabajando, quien sigue las reglas y hace las cosas como siempre se han hecho es mejor visto que quien cuestiona e intenta innovar. Las promociones son para quien tiene muchos años en la compañía, alguien en quien se puede confiar, aunque no sea la persona más calificada.  

Por si fuera poco, para cerrar el círculo, el bienestar, el éxito y la felicidad se asocian a la cantidad de riqueza que se acumula o se aparenta tener. Por eso, alguien con cosas caras, grandes y lujosas es visto como alguien exitoso, aún sin saber nada de su vida. Nadie sabe si la está pasando bien o mal, si tiene una deuda inmensa o si las tarjetas de crédito se lo están comiendo vivo. Pero eso no importa, tampoco importa ser feliz, lo que importa es aparentar que se es exitoso. En eso basan su éxito las redes sociales.  

 

Por estas dos razones – seguir las reglas, no dar problemas y aparentar un status de éxito para no ser juzgado -, es que la mayoría de personas tienen miedo de crecer, porque les da pavor intentar algo nuevo, fracasar y perder lo que ya han conseguido, además de ser señalados como locos y fracasados.  

 

¿Qué van a decir si intento y sale mal? ¿qué hago si no tengo trabajo? 

 

Así es como miles de profesionales, bien capacitados, que tienen todo lo que necesitan para crecer deciden no hacerlo; deciden quedarse con lo que ellos consideran seguro. Muchos no están en el lugar indicado, no están felices, saben que en otro trabajo, haciendo algo diferente podrían estar mejor, pero no lo intentan y se justifican inventando en la cabeza un montón de mentiras.  

Éstas son las más comunes. 

 

 1.- Voy a empezar cuando …. 

En cuanto termine de pagar la casa, empiezo mi negocio….  Nada más que los niños terminen la universidad, yo empiezo la maestría…. Cuando pasen la crisis y la inflación, empiezo a ahorrar.  

 

Es cierto que la vida no siempre es como quisiéramos, que hay muchos imprevistos y cosas que no podemos controlar, pero la verdad es que eso nunca, nunca, nunca va a cambiar, porque nunca podremos controlar todo lo que pasa alrededor de nuestra vida.  

 

Si esperas el momento perfecto para hacer algo, te vas a quedar esperando toda la vida, porque ese momento nunca va a llegar. La vida no se hace más fácil con el paso del tiempo, nosotros nos hacemos más hábiles con la experiencia, y para ganar experiencia no hay otra opción más que hacer muchas cosas; intentar, tropezarse, levantarse y corregir. 

Entre más intentes, más aprendes, mejoras y menos trabajo te cuesta crecer. 

 

 

2.- No es momento de complicarme 

Cuántas veces has escucho a alguien decir algo como: “me encanta cocinar, me encantaría retirarme y poner un restaurante, pero odio la parte administrativa, no estoy hecho para contratar gente y todo lo que se necesita”. 

 

Ejemplos como este hay miles. Yo lo sé, es maravilloso hacer lo que más te gusta y que te paguen por hacer sólo la parte bonita, pero eso te limita enormemente.  

 

La gente que crece está dispuesta a hacer lo que sea necesario. Es más, los que crecen están dispuestos a hacer la parte aburrida y odiosa del trabajo, pero muy pocos lo ven, se quedan con la parte superficial que aparenta miel sobre hojuelas. El crecimiento viene de la mano de las complicaciones, de resolver problemas propios y de los demás.    

 

 

3.- Eso no es para mí 

No está en mi genética, nunca me lo enseñaron, nadie en mi familia lo ha hecho. Cierto, todos tenemos talentos distintos y además, como comenté al principio, aprendemos lo que vemos en la casa. Hay personas que tienen una facilidad natural para los números o las ventas, y hay quienes aprendieron de sus papás a llevar un negocio.  

 

Sin embargo, la mayoría de las habilidades profesionales son perfectamente alcanzables con estudio y práctica. No existe “la genética o el gen del emprendedor o ejecutivo exitoso”. Lo que existe es la pasión y la constancia.  

 

Alcanzar el éxito profesional es un tipo de juego estratégico y relacional, como es el ajedrez. Y así como puedes pasar de no saber jugar ajedrez a ser un buen ajedrecista en relativamente poco tiempo, también puedes aprender a llevar un negocio o manejar un equipo. Tomará tiempo y esfuerzo, pero pagará con creces todo lo que le intentes e inviertas.  

 

 

4.- Después de todo, aquí no estoy tan mal 

Esta es una de las mentiras más odiosas. Millones de personas se dicen a sí mismas que “todo el mundo odia su trabajo” o “que hay peores carreras”. Claro, obviamente, ¿pero y eso qué?  

 

Que le pase a alguien más no quiere decir que te tiene que pasar a ti.  Pasaremos más de 90,000 horas de nuestra vida trabajando, ¿no consideras que deberías hacer algo que te apasione a cada minuto? 

 

Es verdad, todos los trabajos tienen algo que no es tan divertido, que molesta, pero una de dos, podemos delegarlo, o bien, hacerlo no debería ser tan pesado porque el resto es buenísimo.  

 

Si odias la mayor parte de tu trabajo, es muy probable que odies la mayor parte de tu vida, y esa es la señal perfecta para intentar algo diferente. 

 

 

5.- No sé hacer otra cosa, no podría empezar otra vez 

Si bien esta es una preocupación que en algunos momentos puede ser válida, lo cierto es que como comenté al principio, todas las habilidades profesionales se pueden aprender. De la misma manera que aprendiste a hacer lo que haces ahora, puedes aprender a hacer otra cosa. 

 

De hecho, lo único que se necesita para empezar otra vez es fortalecer tus habilidades blandas. Tienes que estar dispuesto a aprender, y aprender de la manera en la que se hace ahora.  

 

Tienes que enfocarte en mejorar tu pensamiento crítico, la manera en que hablas en público, tu marca personal y el trabajo en equipo. Hasta cierto punto, algo de eso debes hacer ahora, pues con algunos ajustes se puede hacer en otra industria o trabajo. 

 

La verdad es que nadie empieza otra vez desde cero, si haces un análisis verás que tienes algunas fortalezas que puedes adaptar. Recuerda, las habilidades técnicas se aprenden si estás dispuesto a hacerlo. No te presiones, hazlo a tu ritmo y listo. 

 

 

6.- No soy tan bueno ni soy creativo, no se me ocurre qué tengo que hacer para mejorar 

Esta es otra mentira común que la gente se dice a sí misma. Generalmente se utiliza cuando alguien no está dispuesto a trabajar más enfocado para conseguir una promoción, o cuando ve que las oportunidades se las lleva alguien más y quiere justificarse.  

 

Solo recuerda, vas a pasar entre 40 y 45 años de tu vida trabajando, ¿quieres hacer siempre lo mismo, en la misma posición y esperando que alguien más decida por ti cuándo puedes o debes ser promovido? 

 

No te permitas ser víctima de estas mentiras, tu felicidad depende de esto. Todo el mundo tiene la capacidad de pensar de manera creativa y de mejorar en cualquier aspecto de su carrera. Las historias que te cuentas a ti mismo determinan cómo te presentas, cómo te ven tus compañeros y tus jefes.  

 

Antes de terminar el programa vamos a ver una mentira más y en las conclusiones te voy a dar un par de recomendaciones para silenciar las historias negativas que te cuentas en la cabeza. 

 

 

7.- No tengo dinero para hacer algo diferente o arriesgarme  

“Dinero llama dinero”, “Necesito dinero para empezar un negocio o estudiar nuevas habilidades”. Es verdad que muchos negocios necesitan dinero para arrancar, pero hoy lo primero que se necesita es una idea y pasión. Puedes empezar de manera muy pequeña, crecer poco a poco y buscar algo de financiación más adelante.  

 

Y si lo que quieres es cambiar de carrera y mantener un empleo, pero en otro lugar, es cierto que es mejor hacerlo si tienes algo ahorrado, pero lo más importante es mentalizarte a un posible recorte salarial, invertir en tu capacitación o volver a la escuela por algún tiempo.  

 

La inseguridad financiera puede causar mucha incertidumbre y noches de insomnio, especialmente si tienes una familia. Eso agrava la inseguridad emocional que acompaña hacer un movimiento para buscar una mejor situación profesional, pero si tu trabajo actual es horrible o tóxico, estoy seguro que tu familia lo está padeciendo, así que todos deberían ayudar. 

 

No tener dinero no puede ser un pretexto, porque si no haces algo diferente no vas a tener el dinero que tú crees que necesitas. Empieza de manera muy pequeña dónde estás y con los recursos que tienes.   

 

Conclusiones: 

 

Todos tenemos habilidades diferentes, además que todos tenemos situaciones únicas. Es muy cierto, algunas personas nacen y tienen muchos más recursos que la mayoría, es probable que esas personas tengan una situación de ventaja si quieren hacer algo nuevo, diferente o mejorar. No tenemos certeza de eso y tampoco lo vamos a cambiar, lo que sí sabemos es ocuparnos de lo que nos corresponde y afecta a nosotros, nada más. 

 

Como dije al inicio del programa, pensar en todas estas mentiras, tener una mentalidad fija y limitante tiene que ver con la educación que recibimos y lo que vivimos en nuestro círculo cercano. Ahí si tenemos margen para actuar, no es super fácil, no pasa de la noche a la mañana, pero la manera de pensar y de actuar se puede modificar. 

 
Estos son algunos consejos para callar esas mentiras limitantes que hacen ruido en la cabeza. 

  1. Empieza poco a poco. Si no es súper necesario, no tienes que hacer cambios radicales de la noche a la mañana, para ir ganando confianza haz pequeños cambios en tu rutina.
  2. Fomenta tu curiosidad. Invierte tiempo de calidad en aprender cosas nuevas, intenta mucho para descubrir qué te gusta. Busca pasatiempos y practícalos por el simple gusto de hacerlo. Si eliminas el estrés que genera aprender algo por necesidad, te darás cuenta de que puedes aprender cosas valiosas y utilizarlas en tu desarrollo.
  3. Por último, la parte más importante. Pide ayuda, busca un mentor. Alguien que te ayude a ver tus fortalezas y debilidades, alguien que de manera sincera te diga cómo te ven los demás y qué deberías mejorar. En la medida de lo posible, busca un mentor profesional, invierte, paga para que te ayuden a sobreponerte al miedo de intentar cosas nuevas, los beneficios de esto son enormes.  

 

 

 

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