En los últimos meses quién no ha sentido ganas de salir corriendo y dejar todo atrás, olvidarse de las noticias, las posiciones antagónicas y acelerar el paso para llegar antes que la mayoría a la nueva normalidad. Relajarse un poquito, reorganizarse y retomar el paso parece un pensamiento normal, lógico, casi natural. Por instantes nos gusta pensar que si establecemos objetivos y caminamos a nuestro paso podemos alcanzar todo lo que deseamos sin influir o ser influenciados por otros. Suena estupendo pero no es así, los resultados en nuestra vida dependen del trabajo en equipo, para bien o para mal nuestros días son moldeados por las personas con las que convivimos – aquellos con quien invertimos el tiempo alimentan nuestras ideas y acciones de la misma manera que nosotros impactamos las suyas.
La crisis que vivimos nos obligó a separarnos físicamente, pero estamos tan conectados que dependemos unos de otros, nos cuidamos en la medida que cuidamos a los demás. No es la primera ni será la última crisis que vivamos, y una vez más necesitaremos la contribución de todos para encontrar la salida y retomar el camino, todo tenemos una labor importante que hacer, aquí nadie sale sobrando, aquí nadie se debe quedar atrás.
La historia de la humanidad está compuesta de momentos difíciles y oportunidades, sobran ejemplos para ejemplificar la unión de la sociedad como herramienta de sobrevivencia y progreso, la fuerza del trabajo colectivo es alucinante, el trabajo en equipo que ha hecho posible que hoy estemos aquí.
Estamos empezando un año como pocas veces lo hemos hecho, todavía estamos definiendo objetivos, planes y acciones. Las 5 razones de la semana realzan el poder del trabajo en equipo y te invitan a contribuir, a ser parte de un equipo fuerte, atrevido y ganador, escoge con quien quieres jugar este partido, ayúdalos y déjate ayudar, pero por favor no intentes jugar solo.
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