La motivación es un arma poderosa pero caprichosa. A veces, casi sin prepararlo, nos envolvemos en un remolino de acciones que nos ayudan a conseguir lo que queremos en poco tiempo, pero muchas otras aun cuando lo deseamos es casi imposible empezar con lo que tenemos que hacer; pasan los días y seguimos atorados en una telaraña de apatía que nos impide dar el primer paso.
Una de las cosas más fastidiosas de la motivación es que siempre aparece después de empezar una acción nueva, nos encantaría que fuera al revés, que de manera divina sintiéramos una fuerza interna que nos empuja a la actividad aun cuando no queremos hacerlo, lamento decirlo, pero no es así.
Tenemos ese concepto erróneo que la motivación se puede encontrar de manera pasiva viendo videos, escuchando discursos o navegando en social media. No, la motivación es resultado de la acción y no la causa misma. Para encontrar motivación se tiene que empezar, tenemos que movernos porque no hay otra manera, incluso algo muy pequeño puede traer como resultado una inyección de aliento que genere el movimiento necesario para realizar algo específico que queremos o necesitamos hacer. Es una regla de la física, los objetos en movimiento tienden a mantenerse así, mientras un cuerpo estático no se moverá a menos que algo lo obligue a circular.
Por lo general, el inicio de un año nos obliga a pensar, determinar objetivos y hacer ajustes para conseguirlos, pero esa motivación puede durar apenas unos días si no tomamos las medidas adecuadas para mantener el paso. Personalmente creo que la mayoría de personas pierde demasiado tiempo y energía intentando alcanzar cosas que no son metas apropiadas, son de alguien más, son lo que la gente dice que tienes que hacer o tener para ser exitoso – o feliz – o cosas que deseas de manera temporal, por impulso, porque lo viste en alguien más y crees que a ti te va a producir felicidad, cuando en realidad lo que deseas es status. En todos estos casos pasa lo que estás imaginando, en menos de lo que crees te das cuenta que no es un objetivo para ti, que está fuera de tu alcance o que no tiene ningún sentido buscarlo, lo abandonas y terminas los días tal y como los empezaste.
Entonces, ¿qué podemos hacer para mantener la motivación de principio del año por mucho tiempo? A continuación te comparto mi…
Estrategia para mantener la motivación de principio del año todo el tiempo
1.- Establece objetivos concretos y muy personales
Los estudios han demostrado la importancia de establecer objetivos concretos, específicos y claros. Por ejemplo, cuando un vendedor tiene una meta específica, cuantificable y alcanzable cierra muchos más contratos, incluso, es probable que ese objetivo se traslade a otros campos y le arroje beneficios adicionales. Por ejemplo, mejorar su estado físico por que se verá obligado a trabajar más enfocado, a visitar más clientes o empezar los días más temprano.
El secreto es tener un número muy claro, decir que tiene que vender más no funciona, necesita establecer exactamente cuando más tiene que vender, en cuánto tiempo y cómo lo va a conseguir. Los objetivos también deben tener un una recompensa personal y significativa, decide qué harás cuando alcances esa meta, qué recompensa te vas a dar y por qué. No esperes premiarte todo el tiempo con cosas materiales, procura que sean experiencias, cosas que con el tiempo se vuelven más valiosas y puedes compartir con mucha gente.
En un mundo ideal todos deberían hacer únicamente trabajos que nos entusiasman. Sabemos que no es así, de cualquier manera, todos tenemos que motivarnos. El secreto es encontrar qué parte o proceso del trabajo disfrutas, y utilizarlo como instrumento para disfrutar más los días.
Podemos pasar los días en la casa o en el trabajo haciendo lo mínimo requerido para sacar el trabajo, podemos hacer únicamente lo que se espera de nosotros pero eso no va a llevarte a ninguna parte. Establece objetivos concretos para ti, cosas que sean importantes de manera personal, pueden o no estar relacionados con tu actividad profesional, lo importante es que la satisfacción de alcanzarlos es mucho más grande que la pena de no intentarlo.
2.- Recompensa tu esfuerzo
Vivimos en una sociedad que se enfoca y celebra únicamente los resultados y parece olvidar que muchas veces parte del proceso puede ser tan pesado y oneroso que pocas personas están dispuestas a intentarlo. Si para conseguir tus objetivos necesitas realizar tareas verdaderamente odiosas para ti establece metas intermedias que puedes celebrar de manera regular. Para mantener la motivación viva y en aumento es necesario recompensar el esfuerzo con ideas emocionantes.
No esperes a conseguir el gran objetivo para entregarte todas las recompensas de golpe. Sé bueno contigo mismo e imagina que tu trabajo es un enorme juego en el que cada etapa obtienes una pequeña recompensa.
Para alcanzar muchos objetivos es necesario invertir mucho tiempo, por ejemplo bajar de peso, el espacio entre empezar un nuevo régimen de alimentación y una rutina de ejercicios y el momento en que se ven los resultados puede matar cualquier intento de motivación, no lo permitas. Celebra cada pequeño paso, completar la primer semana de ejercicio debe ser suficiente para estar de fiesta, darse un gusto y mantener la motivación viva.
3.- Enfócate en el progreso de lo que haces mejor
Cuando trabajamos en dirección a una meta significativa casi siempre arranquemos con mucha energía, muy enfocados y dispuestos a lo que sea necesario. Sin embargo, si el objetivo es lo suficientemente retador como para mantenernos interesados nos sacará de la zona de confort. Es un hecho que un objetivo nuevo te obliga a cambiar la rutina, aprender cosas nuevas y hacer cosas que nunca has hecho antes. Muchos objetivos mueren en ese preciso momento, cuando te encuentras con algo que no sabes hacer o haces por primera ves y no lo haces bien.
Para evitar que la motivación se desplome es necesario cambiar la forma de pensar sobre el progreso, los objetivos y tus capacidades. Cualquier avance, por pequeño que sea es progreso, eso ya es más de lo que hace casi todo el mundo, debes por un lado sentirte orgulloso y por otro contemplar como una meta constante aprender cosas nuevas. No tienes que aprender y hacer todo como un maestro, entenderlas, saber de lo que se trata e incluso descubrir quien te puede ayudar es una meta, el simple hecho de ver las cosas de esa manera ya te pone un paso más cerca de tu gran objetivo.
No te pierdas pensando en lo que no sabes hacer o haces mal, piensa en las cosas que has aprendido, cómo ha mejorado tu capacidad en lo que haces bien y sigue aprendiendo cosas nuevas todo el tiempo, de esa manera estarás motivado todo el tiempo.
4.- Déjate ayudar
Los seres humanos somos creaturas sociales. Lo que hemos vivido recientemente, aunado al uso creciente de las redes sociales y otras herramientas de comunicación, nos ha empujado a vivir un poco más separados socialmente, pero seguimos mirando a nuestro alrededor para ver qué están haciendo otras personas, buscar inspiración y al mismo tiempo obtener reconocimiento de nuestra labor.
Si estás rodeado las personas adecuadas será más fácil mantener la motivación por mucho tiempo.
Existen dos maneras sencillas de hacerlo: Primero trabaja con un mentor, comparte con él tus planes, las metas que tienes y cómo quieres alcanzarlas, invítalo a ser tu supervisor personal, que analice tu trabajo y te haga responsable cuando vas tarde en algo. Tu mentor tiene que ser alguien que se preocupa por ti al mismo tiempo que tú te preocupas por él, de esa manera el compromiso es más grande, nadie quiere quedar mal con las personas importantes en nuestra vida.
Después, en el trabajo, en el negocio o tu círculo de amigos acércate a las personas más exitosas, aqurellos que siempre hablan de proyectos y completan cosas. No te sientas menos si parecen más exitosos que tú, recuerda que todos tenemos objetivos distintos y diferentes maneras de alcanzarlos. En realidad estar cerca de personas exitosas nos obliga a conseguir más, está comprobado que dentro de un grupo de amigos donde la mayoría tiene sobrepeso, quienes no lo tienen lo acepten y a la larga también suban de peso, mientras que quien se reúne con personas altamente motivadas acaba por adquirir algunos de sus hábitos para mantener el mismo paso que el grupo.
Conclusión:
La motivación, igual que el talento y la preparación, son indispensables para vivir el estado de bienestar que todos imaginamos. La mejor noticia es que es una responsabilidad personal desarrollarla.
Estar motivados todo el tiempo no es una acción, es una decisión que nace de nuestros compromisos. Establecer objetivos, reunirnos con personas que admiramos e informarnos es un excelente principio, pero el elemento fundamental es tomar acción, dar el primer paso, avanzar un poco, despertar nuestro interés en cosas nuevas y descubrir qué nos apasiona haciéndolo.
Es imposible estar motivado si lo que haces no te gusta, y es imposible saber qué te gusta si no lo haces. Motivarse personalmente es una característica de las personas felices, exitosas y satisfechas. No esperes que llegue sola, da el primer paso y mantén esa energía por mucho tiempo alcanzando metas intermedias y divertidas. Así, la energía que tienes en enero, se convertirá en un dínamo para llevarte de la mejor manera todo el año.