Hace unas semanas nos fuimos unos días a Orlando para ver a la familia, que andaban de paseo por allá. Para los residentes de Florida es algo normal, mucha gente lo hace varias veces al año, es un viaje de 4 horas en coche desde Miami. Esas 4 horas no tienen ninguna peculiaridad, salvo lo aburrida que es la carretera. No hay subidas o bajadas, no hay curvas divertidas ni cambios de paisaje, es prácticamente una línea recta que se convierte en fastidiosa si no va uno preparado. Y eso quise hacer.
Han sido semanas tan pesadas que vi la oportunidad de ponerme al día con la lista de podcasts que tengo por escuchar. En el coche solo íbamos a estar Ana y yo, y compartimos la afición por varios programas, así que era la oportunidad de escucharlos y comentarlos. Parecía una buen idea, pero es raro ir en el coche escuchando un programa y esperar al final para comentarlo, así que al final descarté el plan. Tampoco tenía tiempo para preparar un buen playlist como lo he hecho otras veces, así que lo más fácil fue preparar una carpeta con discos clásicos de los 80. La música de fondo permite platicar; perfecto, diez puntos.
La carpeta se llama Classic Alternative. Me tomó un par de horas llenarla con lo mejor de R.E.M., The Style Council, The Smiths, The Cure, The Feelies, The Replacements, Talking Heads, XTC, Crowded House, Echo & The Bunnymen, Psychedelic Furs, Pixies, The Jam, The Clash, Ramones, etc. La idea era escuchar los discos completos en el orden original sin saltar canciones. No se trataba de escuchar únicamente los hits, se trataba de escucharlos como se escuchaban los discos de vinyl: de corrido, construyendo el momento para llegar a la canción que esperas, el hit.
La experimento resulto muy divertido, lo disfrute muchísimo. Escuchamos discos que por mil razones hace tiempo no escuchábamos. Recordamos los lugares, personas y situaciones donde los habíamos escuchado por primera vez. Cantamos, recordamos videos y portadas, tiendas de discos, personajes y situaciones; fue un viaje dentro del viaje.
El camino se me hizo más corto que nunca. Quien me conoce, sabe que manejar no es de mis cosas favoritas, y hago lo imposible por evitarlo. Pero en está ocasión no me molesto ni un poquito, al contrario, quería seguir en el coche para escuchar más discos; escuchar todos los que había bajado. La experiencia me llenó de energía, me puso de buen humor, me dispuso para disfrutar todavía más los días en Orlando, donde la pasamos padrísimo. Por primera vez, el momento del regreso no se hizo pesado. La idea de tomar carretera a las 5PM no acongojaba, al contrario, invitaba.
Es increíble como una acción tan pequeña puede reinventar una situación, cambiar la percepción que tenemos de ella o transformarla por completo. Seguramente seguiré sacando conclusiones, pero hoy me quedo con estas ideas para reflexionar:
– Las cosas pequeñas importan.
– No se necesita una idea revolucionaria para transformar una situación.
– Es importante el fin, pero es igual de importante disfrutar el camino.
– Las experiencias deben construirse poco a poco y de manera balanceada. En la vida, como en los discos, no se pueden entregar todos los éxitos al principio y dejar pura paja para el final.
– Evitar los fracasos o canciones de relleno no contribuye a enriquecer la experiencia; al contrario, la hacen monótona y sofocante.
– Las canciones e ideas que no son éxitos forman la estructura que sostiene el carácter y personalidad de un disco o persona, sin ellos los hits serían menos robustos y relevantes.
Tan pronto regresamos, empecé a organizar otra carpeta, pero no de discos sino de ideas. Esos pequeños cambios que puedo implementar para transformar cosas que me incomodan y usarlas a mi favor. Convertirlas en un generador de cambio no es tan complicado, el impedimento es arrancar. Yo di el paso, y tú, ¿para cuándo?.