Ted Lasso es un entrenador de fútbol americano que de la nada es contratado por un equipo de fútbol en Inglaterra, esta situación tan excepcional se presta para todo tipo de situaciones, porque ya sabemos que el fútbol en Inglaterra no es nada más un deporte, es casi una religión, forma parte del tejido social en las ciudades, el equipo local importa mucho y de alguna manera representa a la comunidad, y también sabemos que los estadounidenses conocen muy poco de este deporte. Así que pensar que un entrenador de fútbol americano puede entrenar a un equipo inglés de fútbol es como imaginar que un entrenador de boxeo puede preparar al equipo de patinaje sobre hielo de otro país.
Aquí Ted se encuentra en una situación en la que tiene que liderar sin experiencia, desconoce el deporte, el equipo y todo lo que tiene que ver con él. Además de encontrarse en un espacio completamente diferente a su lugar habitual. No sabe nada de la cultura del país, no tiene amigos más allá de su asistente que además se encuentra en la misma situación.
Ambos tienen otras habilidades y herramientas de las que tendrán que echar mano para resolver el problema que tienen enfrente. Para ponerlo en términos profesionales vamos a decir que se tendrán que reinventar si quieren tener éxito.
¿Ya empiezas a ver por qué vale la pena este programa?
No es nada más un programa de comedia y fútbol, es una divertida lección de trabajo en equipo, comunicación, desarrollo personal, relaciones laborales y sobre todo liderazgo. Es como leer una guía de inteligencia emocional mientras te la pasas bien, te relajas y te mueres de risa.
La serie ya va en la segunda temporada, hoy me voy a referir principalmente a la primera, aunque estas lecciones se repiten en muchos episodios de las dos temporadas.
Estas son las 10 lecciones de liderazgo de Ted Lasso:
1. En un equipo todos los integrantes son importantes
En el primer episodio cuando Ted llega al Richmond FC (Football Club), camina por las instalaciones para asimilar el espacio y conocer a la gente. En su camino se encuentra con un joven tímido e inseguro, Nate, el utilero, (uno de los trabajos de menor rango en un club de fútbol).
En lugar de pasar junto sin prestarle atención, Ted se detiene para saludarlo amablemente. Nate se sorprende porque nunca antes alguien había hecho eso.
Más adelante, en el episodio tres, Ted decide comprar regalos para los jugadores del equipo. En lugar de gastar mucho dinero para impresionarlos, algo que todos esperaban, invierte tiempo, energía y atención para comprar cosas baratas, pero con mucho significado para cada uno.
Ted dedica la misma atención y tiempo para hablar, ayudar o inspirar a todos los miembros del club, no importa qué trabajo hacen, para él todos son importantes.
2. Llama a todos por su nombre
También en el episodio uno, cuando Ted conoce a Nate, se da tiempo para escuchar y aprenderse su nombre. Para él no es el chico que ayuda con los balones, es Nate, esa sencilla acción le ayuda a construir una relación muy estrecha con él, finalmente Nate sabe todo del club y si Ted lo respeta y reconoce, probablemente Nate esté dispuesto a ayudarlo.
Nuestro nombre es fundamental para nuestra identidad, pero la mayoría de las personas tiene problemas aprendiéndolos a la primera, por eso cuando alguien lo recuerda, nos sentimos seguros y halagados, porque sabemos que hizo el esfuerzo por aprenderlo y que seguramente seremos recordados.
3. Construye relaciones desinteresadas
Durante los primeros episodios todo es nuevo para Ted, él sabe que para que le vaya bien tiene que construir relaciones de confianza, por eso cuando conoce a Rebeca, la dueña le club, le pregunta cuál fue el primer concierto al que fue y cuál ha sido su concierto favorito. No quiere hablar del trabajo, quiere conocer a la persona, buscar algo que compartan y que les ayude a construir una relación.
No estoy seguro del episodio en el que Ted recibe un paquete que le envía su hijo desde Estados Unidos. Entre otras cosas incluye crema de cacahuate y algunos soldados de juguete que son muy valiosos para él. Uno de los futbolistas (Sam) está pasando un mal momento, Ted decide regalarle uno de los soldados, demostrando que lo entiende y que comparte su sentimiento.
Compartir experiencias, tiempo y cosas que valoramos demuestra nuestro deseo genuino de acercarnos a una persona. Hacerlo sin ningún objetivo profesional en mente fomenta conexiones mucho más profundas que más adelante pueden ser muy productivas.
4. Construye rituales personales para fortalecer la camaradería
Ted necesita la confianza y camaradería de su jefa para hacerse notar en el trabajo. Así que decide llevarle todos los días un par de galletas como un pequeño detalle. Poco a poco, el ritual de comer las galletas y tomar té se convierte en la señal que provoca una pequeña plática.
Los rituales se pueden convertir en parte de la cultura de trabajo, si compartimos algunas acciones, sin importar si son grandes o pequeñas podemos vincularnos de manera más emocional con nuestro equipo. Encontrar situaciones como está acerca al equipo y ayuda mucho para generar confianza y afianzar los compromisos.
5. No todo es trabajo, la familia es primero
A mitad de la primera temporada finalmente la familia de Ted lo visita desde Estados Unidos, llegan al club exactamente a la mitad de un entrenamiento. Sin importar que está en medio del trabajo, Ted deja lo que está haciendo para irse con la familia. Pero no nada más se va, se asegura que el equipo entero entienda lo que esta haciendo, y que en ese momento su familia es la prioridad.
Aunque generalmente esperamos que las personas actúen de esta manera, no siempre sucede, los líderes tienen mucha presión para invertir su tiempo de manera productiva, y como tal, muchas veces favorecen el trabajo sobre la familia.
Es muy importante destacar la importancia de la familia y el cuidado personal, cuando el líder lo hace, la organización completa entiende la necesitan de priorizar la familia y tomar las decisiones correctas.
6. Los equipos ganadores aprenden y ganan juntos
Para este tema recuerdo dos momentos particularmente. Por un lado, Ted considera que Nate tiene mucho potencial por lo que decide darle una oportunidad que le ayude a crecer. Nate da la plática previa a un partido muy importante. Todo puede salir mal, pero Ted sabe que la experimentación es fundamental para el aprendizaje.
En otro momento cuando el Richmond FC juega contra el Manchester City, deja en la banca a uno de sus jugadores estrella por comportamiento antideportivo, eso podría costarle el partido. No importa, lo que quiere es enviar la señal de que jugar en equipo es más importante que el crecimiento personal.
Los mejores equipos tienen competencia interna y humildad. Esa humildad no se trata solo de tener buenas relaciones, también es el motor que permite que cada individuo siga creciendo, independientemente de su nivel de habilidad. Un jugador de primer nivel sin humildad se verá rápidamente superado por otros que saben que todavía (y siempre) tienen mucho que aprender, pero está dispuesto a hacerlo.
7. Ayuda a los demás a lucir bien
En el episodio cuatro Nate acompaña a Ted a una gala importante, de manera natural se siente incómodo porque es un ambiente en el que nunca había estado. Ted hace un comentario para hacer que Nate se sienta seguro a pesar de cometer alguna torpeza.
En general, Ted orienta su mente en torno a la gratitud, con frecuencia encuentra cosas por las que está agradecido. Lo más importante es que siempre da voz a esa gratitud, beneficiando a quienes lo rodean.
El núcleo de la mentalidad de Ted es el reconocimiento del valor único de cada ser humano. Este valor no se basa en lo que pueden hacer sino, más bien, en quiénes pueden llegar a ser, hasta donde pueden crecer con las oportunidades que crea todo el equipo.
Cuando alguien falla o hace algo vergonzoso, eso no compromete su sentido de su valor fundamental. Cuando los líderes tienen esta perspectiva, hacen que sea mucho más fácil construir equipos inclusivos, de apoyo y colaboradores.
8. Escucha todas las voces, las buenas ideas pueden venir de todas partes
Como entrenador deportivo, Ted entiende el valor de un campo de juego nivelado (tanto metafórica como literalmente). Como tal, cuando se trata de ideas, sabe que es tonto poner barreras sin sentido en el camino de las personas. No escuchar a alguien debido a su edad o estatus significaría descartar el valor potencial de su contribución, además de fomentar la inseguridad.
Ted escucha a todos de la misma manera, no importa si es el jugador mejor pagado, el novato o el asistente del asistente, las buenas ideas pueden venir de cualquier parte cuando todo el mundo siente la confianza de expresar lo que piensa.
9. No deja de ser niño
En el tercer episodio el equipo visita una escuela local, arman un concurso el patio para alentar a los niños a participar. Ted como entrenador fácilmente podría retroceda y observar, en cambio, decide unirse al juego.
En el mismo episodio, sale a cenar con un reportero a un restaurante indio. Deja que el mesero elija la comida y el nivel de picante. No tiene miedo de probar algo nuevo.
El juego es una mentalidad liberadora que calma nuestras obsesiones sobre el destino. En un estado lúdico, somos mucho más creativos y estamos abiertos a lo inesperado. El juego es fundamentalmente la forma en que aprendemos nuestras lecciones más profundas y formamos nuestras amistades más cercanas.
El liderazgo sin juego es meramente administración de personas.
10. No hay que tomarse tan en serio
En todos los episodios vemos a Ted utilizar el humor para reflexionar y analizarse. Constantemente proyecta la realidad de ser completamente humano y estar bien a pesar sus errores. Con frecuencia admite sus fallos y envía un mensaje claro de que es más importante hacer lo correcto que tener razón.
Cuando habla con la prensa admite abiertamente que no sabe muchas cosas sobre el juego, su honestidad es refrescante y desarma a los periodistas que casi siempre van buscando sangre.
Cuando nos tomamos demasiado en serio, creamos un estado mental emocional e intelectualmente frágil. En lugar de adaptarnos a la nueva información y aceptar el fracaso como una oportunidad de aprendizaje, comenzamos a ofendernos por las ideas que desafían nuestras creencias o nuestro sentido de nosotros mismos. Por el contrario, abrazar nuestra naturaleza imperfecta ayuda a mejorar nuestra autoestima y ser respetados por ser transparentes y auténticos.
Conclusiones:
Por todas estas razones recomiendo mucho la serie entera. Recientemente se estrenó la segunda temporada, igualmente muy divertida.
Hay muchos mensajes en todos los episodios. Ideas para recompensar el esfuerzo, la importancia del cuidado personal, el valor de la alegría y el sentido del humor, el papel de un líder y cómo realizar un proceso de reinvención profesional. No sé si al escribir el programa consultaron a un experto, creo que sí porque, sinceramente es un trabajo extraordinario.
Muy merecidas las nominaciones y premios Emmy que ha ganado, y un reconocimiento especial a Jason Sudeikis por su interpretación de Ted.