¿Quién debería estar más feliz en una competencia deportiva? ¿El ganador del segundo o del tercer lugar?
Pensaba esto mientras tomaba una cerveza y veía la repetición de los mejores momentos de los Juegos Olímpicos de Invierno. La respuesta según la lógica humana debería ser el ganador del segundo lugar, ¿cierto?
Finalmente la medalla de plata es mejor que la medalla de bronze. Curiosamente las imágenes en la televisión no dicen los mismo, en general, me da la impresión que en algunas competencias los ganadores de la medalla de bronze se ven más contentos que los ganadores de la medalla de plata. No quise quedarme con mi primera impresión así que hice algo de investigación, y vaya sorpresa, se ha escrito bastante sobre este tema.
Según muchos psicólogos e investigadores, este fenómeno se debe principalmente a una razón, cuando un atleta está tan cerca de conseguir el primer lugar pero lo pierde, su cabeza se enfoca en lo que perdió, y en lugar de disfrutar del segundo lugar sufre la pérdida del primero, contrario a los ganadores del tercer lugar, que hasta cierto punto están cerca de perderlo todo, terminar en el cuarto lugar y regresar a casa con las manos vacías, por eso al ganar el tercer lugar y conseguir la medalla de bronce se enfocan en lo que ganaron y estallan en jubilo.
Es una tendencia humana enfocarnos en lo que perdemos y registrarlo en la memoria de manera más profunda, mientras que las ganancias se olvidan rápidamente. Rick Hanson, autor de Neurodharma, lo explica de manera magistral,”el cerebro es como un velcro para lo negativo y un telón para lo positivo”.
Para contrarrestar esta tendencia podemos empezar a pensar como ganadores de medallas de bronce, concentrados en lo que ganamos y olvidar pronto lo que perdimos. Incluso, pienso que podemos ir más lejos, y en algunas situaciones imaginar cómo sería el mundo si no tuviéramos lo que hemos conseguido, por ejemplo, puede ser que no tengas el mejor trabajo del mundo, por lo menos no lo que esperabas, pero ¿qué pasaría si no tuvieras trabajo alguno?
El mensaje es simple, en la vida y el trabajo prepárate y compite para conseguir medallas de oro y plata, pero sin importar si te quedas con el bronce, enfócate en lo que has ganado y no en lo que pudo haber sido.
Las 5 razones de la semana quieren que seas agradecido, pero no conformista, y disfrutes lo que has conseguido para construir mejores relaciones y experiencias.
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