Aprende a enfocarte y mejora en las áreas clave de tu vida
Cuando hablamos de resultados, podemos separar a todas las personas en dos grandes grupos: quienes pasan los días corriendo de un lado a otro trabajando en pequeñas tareas, y quienes sencillamente siempre consiguen metas por arriba de la mayoría.
Si analizamos bien, podemos ver que ambos grupos tienen la misma cantidad de horas al día, la diferencia es cómo se administra el tiempo y la atención. Mientras unos se mueven constantemente de prioridad en prioridad, los otros enfocan su atención en algo, se involucran a fondo y al fin consiguen mejores resultados.
Vivimos un momento en que las cosas avanzan de manera muy acelerada, que es difícil tener una sola cosa en la cabeza. El mensaje general es que tenemos que estar en todo, hacernos presentes e incluso participar. Además, parece sencillo porque tenemos a disposición muchas herramientas y pensamos que podemos dominarlo todo y convertirnos en profesionales del multitasking.
Dos reflexiones a partir de esto. Por un lado, nadie es excepcional en más de 2 cosas; y por el otro, las mismas posibilidades que tú tienes las tiene todo el mundo. Todos tenemos acceso a prácticamente la misma información y los mismos materiales, eso ya no te hace diferente, hoy lo que te distingue de la mayoría es cómo decides qué contenido, información y herramientas utilizar.
Fortalecer tu fuerza de voluntad, enfocar las acciones y proyectos prioritarios donde invertirás tu talento, energía y visión es la verdadera diferencia. La gente que puede mantener la atención por más tiempo, en general tiene resultados superiores en todo.
El enfoque es un músculo, y fortalecerlo requiere trabajo, aplicarle presión y darle espacio para recuperarse.
Mi primer consejo es que no te frustres. Piensa que los resultados se obtienen de manera gradual, esto no es un cambio de la noche a la mañana. Si empiezas de cero es imposible dominarlo de inmediato, pero cuando empiezas ya estás en el camino correcto.
4 consejos para mejorar tu habilidad de enfocarte
(versión en video)
1.- Organiza tus días al detalle
La capacidad de enfoque y concentración empieza en la organización. Si no sabes qué te espera en la oficina o en la casa, sencillamente es imposible identificar qué es prioritario y dónde es necesario poner tu atención.
No existe una fórmula que funcione para todo el mundo, tienes que planear de acuerdo a tus necesidades. A qué hora te vas a la cama y a qué hora despiertas, tienes que empezar el día moviéndote y terminarlo haciendo la agenda del día siguiente. Obviamente existen compromisos inesperados y cosas que se salen de control, pero esas tendrán que ser excepciones y no la norma.
Empezar el día moviéndote significa que te actives. Si no puedes ir al gimnasio por la mañana no es problema, sustitúyelo por 15 minutos de yoga o una intensa rutina de ejercicios de 10 minutos. Procura no variar demasiado tu horario los fines de semana. Acostumbra a tu reloj interno a los horarios de trabajo y descanso, esto mejora mucha la calidad de tu sueño.
Empieza siempre con las tareas más difíciles, sácalas lo antes posible de tu lista de pendientes para evitar que ocupen más espacio del necesario en tu cabeza.
2.- Trabaja en intervalos
Nuestra mente es capaz de mantener el enfoque por períodos limitados de tiempo. Por supuesto, con trabajo podemos extenderlo, pero independientemente de ello, cuando organices tu agenda nunca programes actividad tras actividad sin espacios en medio para tomar aire, liberar el cerebro y retomar fuerza. Piensa cómo se trabaja en el gimnasio: si entrenas el mismo músculo sin descanso, lo único que consigues es lesionarlo y agotarte innecesariamente.
Considera una pequeña caminata, una pausa para tomar un café o simplemente tomar unos minutos para escribir. Esto es suficiente para relajar la tensión y recuperar la capacidad de enfocarse.
3.- Crea ecosistemas propicios para trabajar y descansar
Entiendo que esto puede ser complicado, pero tienes que comprometerte a hacerlo. Exactamente igual que cuando hacemos dieta, la recomendación es no tener en casa galletas, helados u otras tentaciones; en este caso, la mejor manera de mantener la atención en una sola cosa es eliminar toda posibilidad de distracciones.
Si en el escritorio que trabajas también comes, navegas en internet, pasas tiempo en redes sociales o ves programas en Netflix, va a ser imposible considerar ese un espacio de trabajo. Tienes que comprometerte a diseñar ecosistemas propicios para cada actividad. Esto te pondrá inconscientemente en el ánimo y la disposición necesarios.
No conviene tener TV en la recamara, ni llevarte el celular o la tableta a la cama. Eso es receta infalible para el insomnio (o al menos, para conciliar el sueño de forma natural). Mientras trabajas en el escritorio, mantén todas las notificaciones del celular en silencio y no lleves ningún distractor a una reunión de trabajo. Te aseguro que el mundo no se va a acabar en los próximos 30 minutos y, si por algo extremadamente urgente alguien te tiene que localizar, seguramente lo puede hacer a través de alguien más.
Nuestro cerebro es muy poderoso y capaz de jugar cualquier truco. Además, se acostumbra a cualquier situación que nosotros mismos generemos. Si mientras trabajas abras una liga que te enviaron en WhatsApp, en menos de un minuto ya estás en Amazon comprando pañales o jabones orgánicos.
El objetivo no es únicamente aprender a enfocarse, es mantenerse enfocado. Para eso tienes que hacer el compromiso de remover todo aquello que pueda distraerte.
4.- Fortalece tu musculatura mental
No me voy a cansar de repetir que nuestra voluntad y enfoque funcionan exactamente igual que un músculo, y que mejoran siempre que fortalecemos nuestra resistencia. Ese es el verdadero secreto.
Por ejemplo, piensa qué pasa cuando resistes la tentación de comer comida chatarra o de dormir un poco más. A pesar de ser pequeñas acciones, modificarlas -o resistirse a esa gratificación instantánea- es todo un reto. Pero cuando logramos mantenernos firmes y no ceder a esa tentación, los resultados son palpables.
Para crear una musculatura mental robusta que permita identificar prioridades, mantener la atención y el enfoque durante más tiempo, siempre recomiendo practicar la meditación (incluso por períodos cortos no mayores a los 5 minutos), memorizar información (como hacíamos antes con los números de teléfono), hacer lecturas largas de manera lenta (y tratar de asimilar más información), escuchar radio hablada o podcasts sin hacer nada más (y tratar de entender cada palabra que se dice).
Conclusión:
La modernidad no solamente nos ha dado las herramientas para hacerlo, sino que también nos ha obligado a vivir de manera más apresurada. En los últimos años se ha desatado una batalla feroz por nuestro tiempo y atención, todo el mundo los desea. El exceso de información y opciones se han convertido más que nada en ruido y distracciones, que por un lado nos impide enfocarnos en nuestras prioridades, y por el otro nos han obligado a poner atención en todo, menos en nuestra atención, irónicamente.
Fortalecer nuestra fuerza de voluntad y capacidad de enfocarnos es el centro y origen de lo que nos hace diferentes. Nos permite conseguir los objetivos que muy pocos consiguen y nos asegura una vida personal y profesional exitosa, en la cual el que lleva el volante es uno mismo. Nadie más.
Tengo un consejo más, que estoy seguro puede ayudarte a fortalecer tu capacidad de enfoque: domina internet y el entorno digital, antes que esa tecnología te domine a ti.
La maravillosa idea de tener al alcance de un click todo de manera inmediata es muy seductora, pero puede ser una trampa si ella está al mando. Decide momentos exactos y por cuánto tiempo utilizas internet y tus dispositivos digitales. Asegúrate que no sea como el agua del grifo.