Dar el mismo trato a todo el mundo resulta muy eficiente, pero a la larga es poco eficaz.
La mayoría de los negocios tratan a todo el mundo como las líneas aéreas tratan a los pasajeros en clase turista. Personas radicalmente diferentes atrapadas en un asiento estrecho con la misma bebida y botana, la flexibilidad no tiene cabida aquí. Sabemos qué haría más placentera la experiencia pero requiere pensar de manera creativa y hacer un mayor esfuerzo. Esta conducta se ha practicado por muchos años en muchas industrias.
Por mucho tiempo me hicieron creer que las grandes cadenas de comida ofrecían el mismo menú e instalaciones en todo el mundo para que los clientes se sintieran a gusto, tranquilos y seguros de recibir el mismo servicio y calidad de comida sin importan donde estuvieran. Patrañas, ni la calidad ni la experiencia del cliente son su misión, lo que las mueve es optimizar sus procesos hasta el límite y a cualquier precio.
Cuando Carl Sagan era estudiante, odiaba el cálculo. Sus profesores se empeñaban en que lo aprendiera como todos los estudiantes, era una asignatura más en el plan de estudios, otra oportunidad para evaluar la capacidad de todos los estudiantes. Sagan comenta que llegó a odiarlo, pensaba que el cálculo había sido inventado por los profesores con el único objetivo de intimidar a los alumnos. Fue hasta que se encontró con el libro “Vuelo interplanetario” de Arthur C. Clarke que descubrió un uso práctico y de su interés, el cálculo era la herramienta perfecta para calcular las trayectorias interplanetarias. En ese momento, la historia cambió: con el tiempo y a su manera Carl Sagan se convirtió en uno de los astrónomos más populares de todos los tiempo.
Servir la misma bolsa de pretzels, utilizar el mismo plan de estudios o preparar la comida de la misma manera para todo el mundo es una buena fórmula para ahorrar tiempo y dinero, pero te aseguro así no se cambia el mundo. ¿Quieres mejores clientes, colaboradores o estudiantes? Ayúdalos a descubrir y utilizar sus habilidades, las que los hacen únicos, diferentes y valiosos. Por supuesto, esto requiere un esfuerzo más grande, compromiso y atrevimiento, pero si logras que las personas se sientan parte de una aventura en la que el destino también tiene una recompensa para ellos, el resultado es mucho mejor.
Las 5 razones de la semana demuestran que siempre se puede pensar y actuar de otra manera, algunas veces poco convencional pero más satisfactoria.
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