Puede que pienses que es un tema de moda del que se habla demasiado, y por eso puede parecerte frívolo o sin importancia. Puedes imaginar que es un tópico relevante únicamente para un grupo de ejecutivos de alto nivel o figuras públicas, e incluso puedes pensar que pronto se terminará la fiebre y no se hablará nunca más de la marca personal.
Si eres de lo que piensa así, permite decirte que en parte estoy de acuerdo contigo. Sí, es un tema de mucha actualidad, y sí, puede ser que el término “marca personal” en algún momento desaparezca del lenguaje de los negocios o desarrollo profesional. Pero no creo que sea frívolo, ni tampoco que sea para unos cuantos y mucho menos que pronto dejará de ser importante.
El término marca personal es relativamente nuevo, pero no el concepto. La filosofía de convertirnos en un referente en nuestra industria, ser la voz autorizada y construir una carrera profesional duradera, satisfactoria y pujante es tan antigua como el trabajo mismo.
Jeff Bezos declara que la marca personal es lo que se dice de ti cuando no estás presente. Y como no podemos evitar que nuestra persona, trabajo o negocio sean juzgados, lo mejor que podemos hacer es pensar que somos una marca y diseñar la identidad con la que queremos ser recordados.
En un mundo tan competitivo como el que vivimos hoy, donde prácticamente todos en cualquier parte del mundo se pueden convertir en tu competencia, es más necesario que nunca construir una identidad sólida, diferente y confiable.
Es indispensable garantizar a tus compañeros, clientes o empleadores que pueden confiar en ti, que eres la opción perfecta para resolver esa necesidad, que lo haces como nadie, en tiempo y respetando los valores que compartes con ellos. Porque en el mundo que nos tocó vivir, es indispensable pensar y comportarse como una marca para sobresalir. No importa si eres empleado, emprendedor, empresario o trabajador independiente, cuando piensas y actúas como una marca, los benéficos son incalculables.
Coca Cola, Jennifer López, Apple y Nike tienen enormes presupuestos para establecer su mensaje e imagen, pero también lo tiene su competencia. Entonces, lo que utilizan para dominar en sus áreas es cómo piensan y cómo se comportan. Eso mismo -en tu escala- puedes hacer tú.
Una marca está obligada a construir una imagen y respaldarla con sus acciones. Si quiere ser considerada como innovadora, confiable, creativa o clásica, tiene que asegurarse que todos sus movimientos refuercen ese mensaje. Este simple hecho se convierte de inmediato en un objetivo, y su búsqueda le exige conocer mejor a sus clientes, cuidar su imagen y comunicación para elevar su reputación y mejorar su notoriedad. Además, debe poner mayor atención a los detalles y modernizar su oferta constantemente, alimentar la confianza de la gente con la que interactúa y, en consecuencia, incrementar su valor y apreciación en el mercado.
Esto es precisamente lo que uno debe hacer como profesional. Ojo, pensar como una marca no te hará cerrar más negocios o conseguir un aumento de manera inmediata, pero sí va a generar muchas más oportunidades de conseguirlo.
4 acciones para pensar como una marca y dejar huella
1.- Dale un verdadero valor a tu nombre
Toma el toro de las redes sociales por los cuernos y estampa ahí tus ideas y visión de las cosas. Las redes sociales pueden ser tu ruina o tu fortuna, así que no las tomes a la ligera. Recuerda que todo lo que publicas es público y, quieras o no, puede ser visto por todo el mundo.
Dale preferencia a LinkedIn y publica constantemente noticias relativas a tu carrera e industria.
Mantén una imagen homogénea en todas las redes sociales que manejes -utiliza únicamente aquellas que puedes atender perfectamente bien– y siempre publica información positiva y de interés para tus contactos.
Abre un pequeño espacio para dejar ver qué cosas te apasionan y cuáles son tus pasatiempos, y aprovecha esas publicaciones para mostrar los valores que son importantes para ti, tanto en tu vida personal como en el trabajo.
2.- Posiciónate como un líder diferente
No tienes que tener la posición más alta en el organigrama para pensar como un líder. Si eres el primero en enterarte de tendencias y oportunidades, no dudes en comentarlo y dejar registro de ello. Si tu compañía no tiene un blog o publicación donde puedas hacerlo, hazlo en un blog personal. Demuestra tu conocimiento y experiencia en lo que haces.
Lidera con el ejemplo de lo que pregonas. Hazlo de manera creativa, emotiva y honesta. Así, será muy difícil que tus colegas, jefes o clientes se olviden de ti.
3.- Sé generoso y fomenta la colaboración
Todo el mundo quiere ayudar a alguien que lo ayudó antes. Cuando sepas que alguien necesita algo que tú tienes, no dudes en ofrecerlo, incluso cuando no te veas directamente beneficiado. Si ves una oportunidad que en ese momento no es para ti, pero sabes de alguien más que puede interesarse, envíale un mensaje. Si consideras que alguien que conoces tiene que conocer a otro contacto tuyo, apresúrate a presentarlos.
Sé generoso con tu experiencia, conocimientos, tiempo y contactos. Crear una marca a partir de ampliar tu red de influencia y confianza es una de las mejores maneras de hacerlo.
4.- Eleva tu notoriedad en el círculo de confianza
Todas las industrias tienen un círculo de confianza. Es un grupo de profesionales que se conocen entre ellos, se ven en seminarios y conferencias para intercambiar información relevante a su terreno.
Aprovecha las redes sociales para estar en contacto con ellos. Hazte presente, comparte con ellos directamente la información que sabes les puede agregarles valor y procurara tener contacto cara a cara con ellos. Si es necesario, haz una inversión para asistir a una conferencia donde se juntan las “vacas sagradas”, verás que en mediano plazo se pagará con buenos intereses. Recuerda que el dicho “santo que no es visto no es adorado” es muy cierto, y cuando hablamos de marcas, nadie confía en un producto o servicio que no conoce.
Conclusión
Pensar y comportarnos como una marca nos obliga a cuidar hasta el más mínimo detalle de lo que hacemos, por qué lo hacemos y cómo lo comunicamos. Pensar como una marca nos exige establecer objetivos y diseñar un plan para alcanzarlos. Nos obliga a definir una personalidad positiva, reforzar nuestros valores y en el camino utilizar todo esto en beneficio de nuestra carrera y de las personas con las que nos relacionamos. Pensar como una marca nos faculta para dejar una huella positiva con nuestro trabajo, sin importar dónde o a qué nivel lo hacemos.
Para ti que llegaste hasta el final de la nota, te comparto consejo más. Es muy fácil, tanto que casi nadie lo utiliza por que lo dan por hecho:
No te olvides que solo tienes una oportunidad para causar la primera impresión, no la desperdicies.
Asegúrate de estar presentable, siempre al nivel que exige el lugar o evento al que vas. Pero sobre todo, siempre saluda cordialmente y con una sonrisa. Tu actitud es tu logotipo, cuídalo. Es tu obligación que todo el mundo te va siempre perfecto, impecable.
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