Caminar por un centro comercial de nuestros días es lo mismo que sumergirse en el océano de la moda juvenil, en el que brillantes aparadores exhiben lo más granado de las tendencias en boga. Zapatos Adidas Stan Smith, pantalones vaqueros “deshilachados”, botas militares Dr Martens, Converse Chuck Taylor, chamarras de cuero tipo Ramones, Vans split-on de “cuadritos”, camisetas con imágenes de grupos de rock desaparecidos hace lustros, chalecos para el frío tipo volver al futuro, mallas ceñidas al cuerpo y ropa deportiva para la semana entera. El uniforme cotidiano de los jóvenes de hoy me hace viajar en el tiempo 30 años atrás, soy lo suficientemente adulto para recordar que todo lo que hoy se presenta como actual y moderno vivió una primera época dorada en el pasado.
Este ejercicio me encanta particularmente porque destruye por completo la certificación popular que para ser original se tiene que ser completamente nuevo, innovador y revolucionario. Si nos aferramos a esa idea entonces ya no habría nada nuevo en el mundo de hoy.
Me pasa todo el tiempo, cuando se me ocurre una idea nueva y hago una investigación seria para trabajar en ella, invariablemente descubro que alguien más ya escribió sobre ello, pero esa no es razón para detenerme, todo lo contrario, ese es el momento perfecto para empezar a innovar, a transformar el concepto y ser original agregando tu voz. Cuando empecé inconfundibleMENTE no me detuve a pensar si lo que hacía era completamente nuevo porque nadie lo había hecho antes, mi enfoque fue hacer algo inédito porque sostenía mi visión.
Las ideas innovadoras, como la moda de nuestros días, no requieren ser completamente nuevas, muchas veces – casi siempre,- la originalidad demanda regresar a la raíces y recoger los conceptos de alguien más. Facebook, Instagram y Google aprenden de nuestro comportamiento para diseñar su algoritmo nuevo, los músicos de Jazz alimentan su creatividad escuchando otros géneros musicales, los mejores escritores son habidos lectores y así sucesivamente. Lo que para alguien es viejo y habitual para otras personas es original y reformador. La originalidad no siempre aparece dónde lo esperamos, actividades tan estructuradas como la ciencia, la medicina y las matemáticas son campos tan fértiles como las artes o la publicidad. La próxima vez que analices algo, antes de descalificarlo porque no te parece original, piensa dos veces y analiza si esa idea representa una voz diferente a pesar de proponer algo que ya conoces.
Las 5 razones de la semana invitan a poner tu voz en cualquier cosa, apropiarte una idea y renovarla con tu experiencia y perspectiva. Las 5 razones regresan a todo el mundo la posibilidad de ser original, incluso en la época del copy – paste.
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