4 mitos del trabajo duro que ya no sirven para nada
La idea del trabajo duro como estrategia para conseguir lo que queremos está muy arraigada en nuestra cultura, sin embargo, cada día es más evidente que esa estrategia ya no funciona. Mucha gente todavía cree que trabajar duro es la manera más segura de conseguir una promoción, un aumento de sueldo, el reconocimiento de su comunidad, la consolidación de un negocio o acumular muchas cosas materiales porque por mucho tiempo el éxito era visto de esa manera. Existen 4 mitos del trabajo duro que ya no sirven.
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Curiosamente, en los últimos años, el concepto del éxito ha empezado a cambiar, y para nuestra fortuna, muchas personas ya miden su éxito con base en la independencia y libertad que se tienen para utilizar el tiempo como se les antoje. No hace falta más que echar un vistazo por Instagram o TikTok para ver que hoy muchas personas consideran más importante que nada tener tiempo para estar con su familia, viajar, practicar un hobby, hacer voluntariado, estudiar algo nuevo o prácticamente cualquiera cosa que los haga sentir felices.
El trabajo todavía tiene un lugar importante en el desarrollo personal y profesional de las personas, pero ya no lo es todo, porque trabajar duro no garantiza de ninguna manera conseguir las cosas materiales que alguien desea, y mucho menos alcanzar el balance y libertad que cada día más personas buscan y celebran.
Por qué el trabajo duro no sirve
El verdadero problema con el trabajo duro es que todo el mundo lo puede hacer, por eso no representa ninguna ventaja competitiva real, pero lo peor de todo, es que es tan demandante, que se consume toda la energía y el enfoque que se deberían poner en la planeación, la preparación y la estrategia, cosas que sí marcan diferencia. Generalmente, las personas que trabajan muy duro terminan haciendo todos los días lo mismo, no analizan resultados, no cambian de tácticas ni ajustan sus acciones.
Las personas que trabajan sin descanso se compartan como si el mundo fuera blanco y negro, simplifican las cosas como si en la vida nada más hubiera dos opciones para conseguir las cosas que queremos, y por eso nunca tienen tiempo para nada. Por supuesto no tienen tiempo para pensar y mucho menos para disfrutar las cosas que supuestamente han conseguido gracias a sacrificarse trabajando.
Para mí, las personas exitosas se ven relajadas, no trabajan horas extra, tienen tiempo para pasar con su familia y experimentar cosas nuevas, saben delegar tareas y responsabilidades, apoyan y se apoyan en un equipo y tienen muy claro a dónde quieren llegar en el corto, mediano y largo plazo. Date cuenta de que todos tenemos las mismas 24 horas del día, la diferencia es cómo las administramos, en qué invertimos tiempo y energía y cómo construimos un estilo de vida en el que disfrutemos de todo lo que hacemos. Por eso, el mito del trabajo duro, como vehículo para alcanzar lo que quieres cada día, se desmoronan más.
Mito #1: Si trabajo duro y me sacrifico ahora, la recompensa llegará mañana
¿Quién quiere y puede esperar a mañana para disfrutar los frutos de lo trabajado?
Estoy de acuerdo que es imposible tener buenos resultados de la noche a la mañana, y que el éxito se construye con el tiempo, pero lo más importante de todo esto es que el éxito significa disfrutar cada momento, incluidas las horas cuando trabajamos, cuando descansamos y cuando estudiamos.
La idea de trabajar muy duro, sacrificarse y ahorrar para tener tiempo y dinero cuando te retires, es cada día menos popular, especialmente entre la gente joven. Ya nadie quiere esperar a jubilarse para disfrutar del tiempo con su familia, hacer las cosas que disfruta más y lo enriquecen. Eso ya no funciona, después de la pandemia del Covid, todos sabemos que la vida puede cambiar radicalmente de un día para otro y no podemos hacer nada, salvo disfrutar todos los días que tenemos.
Trabajar es importante por varias razones, entre unas porque es la manera en la que ganamos dinero para hacer otras cosas, pero sobre porque nos ayuda a encontrar y, en algunas ocasiones incluso, satisfacer un propósito de vida. Trabajar fuerte es mejor que no trabajar, pero trabajar de manera inteligente es la nueva estrategia para ser feliz y conseguir lo que buscas.
Mito #2: Entre más horas trabaje, más cosas consigo
Es fácil caer en la trampa que dice que estar ocupado todo el tiempo es el ejemplo perfecto de éxito. Finalmente es un modelo y cultura que abiertamente han apoyado personajes como Elon Musk y muchos más. Y efectivamente, algunas personas han trabajado muy duro por mucho tiempo, han acumulado muchos éxitos profesionales y riqueza material, pero en el camino han arruinado su salud o estabilidad personal.
Seguramente habrá muchas personas que asuman esa postura como la mejor o única para conseguir sus objetivos en la vida, pero la realidad es que los nuevos modelos de trabajo, la revolución digital y la disrupción del trabajo que vivimos, ha permitido que aparezcan profesiones nuevas, dinámicas de trabajo completamente modernas – como trabajar desde casa – y modelos de negocio basados en lo que antes era nada más un hobby.
Hoy muchas personas no entienden el éxito laboral si su trabajo no les permite satisfacer también su propósito de vida. Cada día más personas viven de una pasión o un interés particular, por suerte ese el modelo que poco a poco se impone.
Mito #3: Tengo que aprovechar todas las oportunidades que se me presenten
Si eres de los que evita la confrontación, y por la pena de decir no acaba involucrado en todo, tienes más probabilidades de acabar agotado y frustrado que de conseguir un gran éxito. Hoy es posible trabajar con personas en todas partes del mundo y cada día es más fácil encontrar a los mejores en cada disciplina para colaborar con ellos. Antes, la escasez de profesionales calificados era una ventaja para quien se involucraba en muchos proyectos. Hoy la competencia es tan fuerte, que la diferencia se marca haciendo un trabajo único y aportar una visión que nadie más puede tener.
Para conseguirlo se tiene que ser muy selectivo e involucrarse únicamente en las cosas que sabes hacer muy bien. Trabajar muy duro pierde relevancia cada día porque no te ayuda a ampliar tus habilidades o capacidades. En cambio, prepararte, practicar, desarrollar una estrategia y estar perfectamente sano física y emocionalmente sí.
Mito #4: Solamente lo que yo hago está bien hecho
Muchas veces pensamos que es mejor si nosotros hacemos todo el trabajo, preferimos no delegar porque nos parece que todo será más rápido y mejor hecho. Tenemos la idea, que pedir ayuda es una señal de debilidad y que si acaparamos más trabajo, somos más indispensables.
Delegar correctamente, es la nueva súper habilidad de un buen líder. El éxito no quiere decir hacer todo, sino hacer las cosas correctas e importantes. Todos tenemos un momento para hacer y otro para delegar, apresúrate a pasar del primero al segundo, delegar lo más posible garantizará un papel importante en el futuro del trabajo. Sí tú haces todo, lo único que consigues es días llenos de trabajo y un montón de tareas poco relevantes.
Conclusiones:
Por último, quiero decir que hay momentos muy específicos en los que trabajar duro es la mejor manera de conseguir lo que se quiere, pero es una estrategia temporal, no puede ser algo de largo plazo porque no es sostenible.
El secreto de la productividad a largo plazo no es trabajar más duro que todo el mundo, sino trabajar de manera más inteligente, tomando más descansos, preparándonos más, desarrollando la creatividad, elaborando mejores estrategias y haciendo el trabajo como nadie más lo puede hacer.