Parte del encanto de esta época del año es contar con un poco de tiempo libre (o al menos un ritmo de trabajo menos intenso). Además de disfrutar con familia y amigos, es muy importante poder darse un espacio personal para hacer un buen cierre del año y hacer nuestro análisis o evaluación anual, el cual debe de tener tanto el componente personal como el profesional.
Independientemente de las evaluaciones de trabajo que a algunos les tocan en sus empresas, todos necesitamos hacer una introspección honesta. De esta forma podremos sentar bases sólidas para empezar el próximo año con una perspectiva clara de hacia dónde queremos ir, tanto en lo profesional como en lo personal.
Según tu situación laboral y el tiempo que tengas haciendo revisiones anuales (profesionales y/o personales), el proceso puede variar mucho. Hay gente que dedica varias horas -o incluso días- a esto, y se usan diversas herramientas para guiarse en el proceso. En esta ocasión quiero simplificarlo a su mínima expresión.
(versión video de esta nota)
5 pasos básicos para hacer tu evaluación anual
1) Date el espacio y tiempo necesario a solas
No hay reglas de sitio ni de duración. Lo que es un hecho es que debes estar a solas y sin interrupciones. El tiempo varía, puede ser desde un par de horas, o más tiempo si ya estás más adentrado en esta práctica.
Si estás de vacaciones del trabajo y en tu casa la dinámica familiar no te permite las condiciones necesarias, planea un escape de casa por 2 ó 3 horas para irte a algún café tranquilo, o levantarte súper temprano y contar con un buen tiempo a solas antes de que empiece el movimiento de la casa. Ten a la mano dónde tomar notas, ya sea digitales o en papel.
2) Vida personal
Haz una radiografía de cuál es tu situación en los aspectos más importantes de tu vida personal. Las áreas principales que aplican para casi toda la gente son:
Salud: cómo estás de peso, si estás fumando o tomando en exceso, si estás haciendo ejercicio regularmente, si tienes alguna condición que amerite atención, si has hecho los chequeos médicos de acuerdo a tu edad y condiciones, etc. En pocas palabras, si estás haciendo todo lo que está en tus manos por mejorar o mantener tu salud.
Familia: aquí abarca pareja, hijos y familia directa. Analiza la relación que has tenido con ellos en estos meses, si has sido la pareja, el hij@, herman@ o padre que esperan los tuyos, y dónde te toca intervenir para reforzar o sanar lazos.
Social: esta área incluye todas tus relaciones personales fuera de la familia inmediata. Hay gente que es muy sociable y todo el tiempo está propiciando reuniones y convivios con amigos, parientes, vecinos, etc. Habemos otros que somos más reservados y nos tenemos que forzar más para mantener vivas y sanas nuestras relaciones de amistad, e incluso para abrirnos a nuevos círculos sociales. Analiza tu caso a detalle.
Espiritual: no importa qué religión practicas -o si practicas una-, estoy convencida que todos los seres humanos tenemos que alimentarnos espiritualmente. Revisa qué ha enriquecido tu vida a nivel espiritual, qué fuerzas no materiales te ayudan a caminar cada día.
3) Vida profesional
No importa si trabajas en alguna empresa, si eres freelancer, emprendedor o si estás en transición laboral, es básico analizar si estos meses previos te han llevado por el camino por donde quieres seguir avanzando en términos profesionales.
Analiza si has adquirido habilidades y conocimientos nuevos, qué proyectos te dejaron satisfecho y cuáles te hicieron tropezar; si te ves más tiempo en ese trabajo, negocio o proyecto, o hacia dónde ves tu siguiente escalón de desarrollo.
Si te das cuenta que tu año pasó de noche y que estás parado haciendo exactamente lo mismo, sin perspectivas nuevas, con un trabajo que no te gusta o sin haber adquirido capacidades que te hagan más competitivo, es hora de tomar acción. No te puedes dar el lujo de quedarte más tiempo estático o frustrado sin hacer nada al respecto.
4) Plan de acción del nuevo año… ¡arranca!
Ahora sí, llega la hora de poner por escrito qué vas a hacer respecto a todo lo que anotaste en los puntos 2 y 3. En cada área necesitarás establecer cuáles son los pasos a seguir para mantener, mejorar, resarcir, fomentar o desarrollar los diferentes aspectos de tu vida.
Los objetivos deben ser concretos, no vale decir: “voy a bajar de peso”, “voy a hacer ejercicio”, “voy a programar más citas de pareja con mi espos@”, “voy a tomar un curso”, “voy a buscar otro trabajo”, etc. Tienes que ser muy concreto y fijar objetivos medibles, para que puedas tener parámetros claros de tu avance.
Por ejemplo, puedes decir: “voy a hacer ejercicio al menos 3 días a la semana”, “voy a bajar x kilos en x tiempo”, “voy a tomar tal o cual curso y empiezo tal día”, “voy a pulir mi CV y voy a dedicar 3 horas a la semana a buscar entrevistas de trabajo o explorar opciones en LinkedIn”, “voy a afiliarme a un grupo o asociación de profesionales de mi industria”, “voy a llamar a mi papá o a mi mamá x días a la semana”, etc.
Escríbelo lo más estructurado y claro posible, porque piensa que lo debes revisar al menos cada mes.
5) Agenda tu seguimiento y cúmplelo religiosamente
El reto mayor no es hacer este ejercicio si lo archivarás en un cajón durante los próximos 12 meses, el verdadero reto es hacer un documento vivo que puedas revisar al menos cada mes.
A mí lo que me funciona desde hace varios años es hacer un análisis mensual, que es básicamente una versión abreviada de la evaluación anual. Abro mi documento maestro (que tengo en versión digital) y reviso uno a uno los objetivos y el nivel de avance. Cada mes hago anotaciones nuevas y ajusto todo lo que sea necesario para el mes siguiente.
Lo más lógico es que las cosas transcurran de modo distinto al que lo planeamos en un principio ( y qué mejor prueba que lo que nos tocó vivir en el 2020, ¿no?), pero aquí es donde entra la magia de la constancia en este proceso. Si cada mes revisas por dónde vas, es más fácil hacer ajustes sobre la marcha, fijar nuevos pasos donde haga falta, recalibrar el proceso y asegurar que no nos desviemos.
Conclusión
Esto no es sino una breve guía que podrá servirte de base para tu análisis. Cada quien es distinto y es necesario adueñarse del proceso, diseñar un sistema propio y crear una evaluación totalmente personal.
Sé crítico y honesto, pero evita la mentalidad derrotista o demasiado permisiva. Tenemos que forzarnos y tener autodisciplina para que esto sirva.
No hay reglas estrictas, el único fin es que tengamos parámetros claros de cómo vamos avanzando y creciendo en cada uno de los aspectos que nos conforman. La comparación no debe ser con nadie sino con nosotros mismos.
Es triste que la gente navegue por la vida a la deriva, dejándose llevar por cómo vengan los vientos o las corrientes, pero sin tomar el timón y dirigirse hacia donde quiere. Es válido fijar rutas nuevas, explorar y probar; si no, qué aburrida sería la vida, ¿no crees?.
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