Hay una regla tácita sobre la última galleta, rebanada de pizza, cerveza y prácticamente sobre cualquier cosa que se comparta. Es una regla universal que nos obliga a preguntar de manera sutil si alguien quiere la última galleta que queda en el plato cuando estamos en una reunión.
Es una forma disfrazada de mostrar tu educación y, al mismo tiempo decir – sin decirlo abiertamente –, que tú quieres la última galleta. Si alguien responde que “sí”, sería considerado de mala educación, ya que quien pregunta primero tiene la preferencia.
Es una práctica muy chistosa que deja ver cómo algunas veces no manifestamos abiertamente nuestros deseos por temor al “que dirán”.
Lo peligroso es llevarnos esta práctica a otros aspectos de la vida. Por ejemplo, si queremos salir con alguien, lo más normal es preguntarle “¿te gustaría ir al cine o cenar el fin de semana?” Cuando en realidad estamos pensando “quiero ir al cine y a cenar contigo el fin de semana”.
Esta manera indirecta de mostrar nuestros deseos nace de la vulnerabilidad y miedo al rechazo. Nos protegemos, porque si no conseguimos lo que pretendemos, fingimos que no era tan importante. Al enmascarar los deseos, dejamos de ser el foco de atención y la persona que decide y se aventura. Pero al hacerlo, estamos traicionando parte de lo que somos, y en una de esas nos convertimos en una farsa de nosotros mismos.
Ya estamos en el último mes del año y muchos de nosotros estamos haciendo planes para 2024. Personalmente, he decidido asumir una actitud completamente franca en cuanto a las cosas que deseo. Ser honesto y manifestarlo directamente.
No más “me gustaría ver más seguido a la gente que quiero, tener más tiempo libre, clientes o proyectos”. De ahora en adelante quiero que pase, quiero que así sea.
Es un pequeño cambio en el lenguaje, pero una reinvención mental que puede cambiar muchas cosas. Ser directo no significa ser insensible, vulgar o ambicioso. Significa elegir la claridad por encima de la ambigüedad, es entender mis deseos y asumir mi responsabilidad para que mis cosas estén mejor.
Este fin de semana mi propuesta no es escribir tus deseos para 2024, es escribir los compromisos que estás dispuesto a asumir para conseguir lo que buscas.
|