Hacer preguntas ingeniosas es la piedra angular del aprendizaje y del éxito en la vida. De hecho, la mayor parte de lo que conseguimos depende de hacer buenas preguntas y de tomar decisiones inteligentes con la información que recibimos.
En la educación y el desarrollo profesional, los beneficios de hacer preguntas son incalculables. Las mejores lecciones empiezan con una pregunta, y la manera en la que preguntamos define nuestro conocimiento. Hacer preguntas desarrolla nuestra capacidad crítica y creativa, dos elementos centrales para progresar de manera continua. Con frecuencia se dice que no hay preguntas malas, pero hacer siempre las mismas preguntas conduce a los mismos resultados. Por eso, si queremos conseguir algo diferente, mejor y más contemporáneo, tenemos que actualizar lo que estamos preguntando. Olvídate de la educación tradicional que celebra las respuestas correctas y olvida el valor de las preguntas, acostúmbrate a cuestionar lo bueno y lo malo del trabajo para aprender más cosas de todo lo que vives. Aprende a hacer preguntas abiertas que fomenten tu curiosidad y mejoren tus resultados.
Para empezar, sin importar qué tal estuvo el día, pregúntate en qué fallaste, con qué cosas no estuviste de acuerdo, y qué necesitas cambiar para conseguir algo que no salió como querías. Este tipo de preguntas modifica tu perspectiva por completo, te invita a pensar y explorar ideas para mejorar. Y si quieres llevar esto al siguiente nivel, no dejes de preguntarte todos los días a quién ayudaste y cómo te sientes.
Estas son 5 ideas para cambiar el sentido de las preguntas que hacemos en la vida y el trabajo.
|