Empezar un negocio es como lanzar un cohete al espacio. Un paso en falso, un error de cálculo y el resultado puede ser desastroso.
En las películas de Hollywood, los astronautas y ejecutivos exitosos son presentados como hombres de hierro que mantienen la calma incluso en las situaciones más adversas, pero en la realidad las cosas no son como parecen. Los profesionales ganadores y desde luego los astronautas, son personas diferentes que toman muchos riesgos, pero no son super humanos que pueden soportarlo todo. Es el entrenamiento, y no los nervios de acero lo que les permite trabajar en condiciones de mucha incertidumbre. Para cuando un astronauta se sienta en un cohete listo para viajar al espacio, es porque ya pasaron años de entrenamiento en las situaciones más adversas.
¿Practica?
El astronauta practica en un simulador de viaje cientos de posibles problemas. Pero las fallas con las que entrena no son las mismas que se pueden presentar en un viaje al espacio, porque sencillamente nadie sabe que puede pasar en un ambiente que no domina. El propósito del entrenamiento no es enseñarle a resolver problemas, es darle confianza y fortalecer su mentalidad, para demostrarse el mismo que tiene la capacidad de enfocarse, incluso cuando están sucediendo cosas terribles. El objetivo es darle habilidades y creatividad para resolver problemas que nunca ha visto.
Esa mentalidad es muy valiosa cuando se viaja al espacio, cuando se empieza un negocio, se hace un cambio radical en la vida y se da un salto a lo desconocido.
Tal vez nunca hayas lanzado un producto igual al que estás a punto de lanzar, que nunca hayas tenido un cliente tan exigente o un jefe tan demandante, pero has pasado años en el simulador llamado vida, y has hecho cosas que nunca habías hecho antes, por eso tienes la experiencia que se necesita para adaptarte otra vez. Puedes flexibilizarte para cambiar una y mil veces, o puedes hacer lo mismo que hiciste ayer y esperar que eso no funcione mucho tiempo más antes de romperse para siempre. De manera natural tendemos a aferrarnos a la certeza, buscamos el orden en medio del caos, pero la actitud correcta es aprender a bailar con la incertidumbre. Este fin de semana nos vamos de baile, con la incertidumbre en 5 pasos:
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