Imagínate desayunar, comer y cenar lo mismo todos los días.
Qué horror ¿no crees?, pero eso es lo que hacían la mitad de los irlandeses a principios del siglo XIX. Se calcula que en esa época cada irlandés comía 3 kilos de papas al día. Pero además, solamente comían una variedad de papas, las lumper.
Clonadas repetidamente, las papas lumper habían servido para alimentar una población que crecía de manera apresurada, una estrategia que estaba funcionando muy bien hasta que los barcos que llegaron de Estados Unidos trajeron un pasajero inesperado. El pasajero era un hongo llamado Phytophthara infestans (antes de buscar qué significa ya me lo estoy imaginando horripilante).
Sin resistencia de por medio, Phynthophthara convirtió los cultivos de papas lumper en un montón de basura tóxica. Para 1852, un millón de personas había muerto de hambre, mientras que otro millón abandonaba el país. En ese periodo, conocido como la gran hambruna, la población disminuyó un 25%.
Aun cuando los factores que generaron e influyeron en esta enorme tragedia son varios, uno de los más importantes y definitivos fue la falta de diversidad genética en las papas irlandesas, que a diferencia de otras variedades, ésta carecía de resistencia al hongo en cuestión. Así, un pequeño cambio en su ecosistema -en este caso, la introducción de una plaga- fue suficiente para dañar los cultivos y a las personas que dependían de estos.
La falta de diversidad en cualquier sistema lo convierte en algo sumamente vulnerable. Y aunque no quiero comparar a la gente con una papa, esta historia me hace pensar en las personas que toda la vida se dedican a hacer el mismo trabajo, quienes nunca aprenden otro oficio o quienes se alimentan de una sola fuente de información, o sea las personas que no se diversifican.
Si tienes una sola especialidad es más probable que una pequeña alteración en tu ecosistema te cause daño y te deje fuera de combate. Los profesionales y compañías que sobreviven y crecen son los que tiene el enfoque opuesto: consumen diferentes tipos de información -o nutrientes-, cultivan diferentes habilidades y se combinan con otras ocupaciones.
Hoy vamos a revisar 5 pasos para convertirte en un generalista y vacunarte contra cualquier cambio.
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