El alto costo de la impaciencia

by | Ago 26, 2022 | desarrollo profesional, Las 5 Razones, marca personal, productividad

 

Quería llegar antes que nadie, entrar a la tienda y tenerlo en sus manos para ser el primero en compartirlo en su perfil de Instagram.

 

Quería hacer lo mismo que había hecho exactamente un año atrás y que seguramente haría un año después, cuando apareciera la nueva versión del iPhone. Quería colgarse esa medalla con la esperanza de obtener un beneficio.

Detente a pensar en la última vez que ser impaciente y correr a toda prisa te dejó algo bueno. Piénsalo otra vez, no hay prisa, aquí espero, soy paciente.

Es probable que ahora mismo te sientas ansioso por hacer algo más mientras lees este correo, es normal, es el ritmo de vida que alguien más quiere que vivas. Pero mi trabajo es decirte que, según las investigaciones más recientes, la impaciencia rara vez es útil; de hecho, hay más muestras de que es dañina. Por ejemplo, un estudio de la Escuela de Negocios de Columbia muestra que las personas impacientes tienen historiales crediticios malos, ya que piden más préstamos de lo normal. Otro estudio de la Universidad de Chicago confirma que las personas impacientes tienen carteras de inversión inferiores y se arrepienten más de las cosas que han hecho cuando llegan a la mitad de su vida.

La verdad es que a mí me gusta vivir a prisa, pero sereno, porque las cosas realmente buenas toman tiempo y es más probable que las consiga quien sabe esperar.

¿Cuántas veces, apresurado y a toda prisa, has enviado un correo electrónico o dicho algo de lo que unos instantes después te estás arrepintiendo?
No es raro que el arrepentimiento llegue apenas unos segundos después, cuando el daño ya está hecho y es demasiado tarde para evitarlo.

Sí, para conseguir lo que quieres tienes que tomar acción, ser constante y trabajar rápido. Pero no seas impaciente, toma un respiro, piensa las cosas y haz lo que tengas que hacer en el momento adecuado.

Aquí hay 5 razones para ser paciente en el trabajo y los negocios.

 

 

1.- Ser paciente te permite disfrutar el presente

 

 

Muchas veces, por querer llegar al objetivo rápido, vivimos en el futuro. Y cuando viene ese futuro, no podemos disfrutarlo, porque no estamos acostumbrados a disfrutar el presente. Ser paciente es un ejercicio de agradecimiento, de apreciar lo que se tiene en el momento y disfrutar. No estoy diciendo que no tengas planes, para nada, de hecho creo que son importantes para poder disfrutar plenamente del presente, pero no te quedes viviendo allá, porque lo único que vas a generar es más ansiedad.Respira profundo y quédate donde estás por unos minutos. Recuerda que nunca tendrás este momento de nuevo.

 

 

2.- Ser paciente permite aclarar las ideas y estrategias

 

 

Si respiras profundo tu cuerpo se relaja, tu corazón comienza a latir un poco más lento y el oxígeno llega más rápido a tu cerebro. Para tomar mejores decisiones hay que aprender a aclarar la mente, aún cuando estamos bajo presión. Y una forma para llegar a esa claridad mental es practicando la paciencia.A veces quisiéramos que las cosas que tenemos pendientes se resolvieran de inmediato, pero piensa, ¿para qué?, ¿para qué necesitamos que todo se resuelva, que todo sea urgente? A menos que tu profesión sea una en la que los tiempos son verdaderamente críticos, nada bueno viene de acelerar las cosas. Tómate tu tiempo, respeta tu proceso y empieza a generar buenas ideas.

 


 

i  n  t  e  r  m  e  d  i  o

¿Sabías que la impaciencia pueda causar hipertensión?
De acuerdo al estudio de la Escuela Feinberg de Medicina de la Universidad Northwestern de Chicago, las personas impacientes y hostiles tiene un 84% más de riesgo de sufrir hipertensión que quienes tienen un carácter más calmado.

 


 

3.- Ser paciente es bueno para tu salud

 

 

Hay que guardar la adrenalina para cuando la necesitamos, porque no es para todos los días. Tenemos una mala herencia de la escuela, en donde la disciplina era más importante que cualquier otra cosa, incluyendo la salud. Y aunque la disciplina es una gran herramienta de la cual no podemos prescindir para lograr objetivos, no tiene porqué servirle ciegamente a la urgencia y al ruido de nuestro entorno.

Siempre, y sin excepciones, la prioridad debe de ser nuestra salud física y mental. Y esto es algo que tenemos que aprender a hacer, porque no se nos enseñó en la escuela. Si te estás apurando sin razón, si empiezas a tener ansiedad, si tu cuerpo empieza a sufrir los estragos de esta presión, por favor, haz una parada en seco y reevalúa tu prisa. Es muy probable que puedas llegar a tu objetivo sin ir tan rápido.

 

 

4.- Ser paciente te permite rectificar

 

 

Todos cometemos errores, no hay quien se salve. Y tampoco hay edad a la que llegas en donde te dejas de equivocar tanto, porque siempre hay cosas nuevas que aprender y probar. Por lo tanto, siempre hay espacio para equivocarse. Entonces, viene algo que pone a prueba nuestro carácter: ¿cómo reaccionamos frente a nuestros propios errores o los de nuestro equipo?Si tomas las cosas con paciencia, podrás reaccionar con integridad y tranquilidad. No pondrás tu carácter en duda, pues podrás observar con cuidado qué es lo que pasó y cómo prevenirlo la próxima vez. Podrás comunicar tu responsabilidad (y la de los demás) en lo que pasó sin echar culpas. Y la gente te conocerá como una persona responsable, que sabe reconocer sus errores y rectificar.

 

 

5.- Ser paciente equilibra tus emociones

 

 

Hoy vivimos con mucho ruido por muchas partes. De repente, a tu celular llegan miles de notificaciones, no solo del trabajo, sino de familia, de amigos con todo tipo de información: para pedir favores, mandar memes, contar historias, hacer planes o recomendar podcasts o series. Querer contestarlo todo al momento es la receta perfecta para abrumar y estresar a cualquiera. 

Por eso, aprender a ser paciente es de lo mejor que puedes hacer para tu salud mental, porque aprendes a distinguir entre lo que necesita ser atendido en ese momento y lo que puedes dejar para después. Así, podrás descansar la mente y dejar que se equilibren las emociones.

 

 

PD.
Me sorprendió enterarme que la mayoría de personas pasan apenas el 40% del tiempo haciendo algo que los hace sentir bien. Pero no hacen nada para cambiar eso, porque dicen que no tienen tiempo. ¡Vaya paradoja!  El problema es que el tiempo pasa volando. Cualquier día miras para atrás y, con asombro, te das cuenta que gran parte de tu vida ha sido desperdiciada. Si sientes que no tienes tiempo para parar y ver qué estás haciendo de tu vida, con más razón lo tienes que hacer.  Parar un momento y preguntarte: ¿estoy viviendo la vida que quiero vivir, o nada más estoy viviendo?

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