Puedes ser aceptado y popular, pero para ser exitoso tienes que ser inconfundiblemente tú
En 1998, mucho antes de que existiera Spotify y de que las redes sociales tuvieran la importancia que tienen hoy, Derek Sivers fundó una empresa llamada CD Baby para ayudar a sus amigos a vender sus discos compactos en internet. Su objetivo era vivir y ayudar a los músicos a vivir de la música, pero su misión era hacer que la gente se la pasara bomba.
Cada vez que alguien compraba un CD, de manera automática la tienda le enviaba un email para agradecer su compra y confirmar que el disco estaba en camino. Para Sivers ese correo automático estaba lleno de problemas; era aburrido, poco personal e inútil, pero lo más grave es que no servía a los fines de la compañía, no ayudaba a vender más CDs ni hacía que la gente se la pasara bomba.
Derek se tomó 20 minutos y escribió un correo nuevo para la confirmación de los pedidos. El correo decía algo más o menos así: “Tu CD ha sido cuidadosamente retirado de nuestros estantes utilizando guantes esterilizados libres de contaminación, lo colocamos en una almohada de satín, nuestro especialista japonés en empaque encendió una vela, toda la oficina se quedó en silencio mientras colocaba el CD en una finísima caja dorada. Después, el equipo caminó por la calle hasta la oficina de correos donde todo el pueblo de Portland saludó y deseó buen viaje al paquete con tu disco. Tu CD está en camino en el jet privado de CD Baby”.
Este es el email más exitoso que jamás haya escrito Sivers. A los clientes les encantó, lo publicaron en internet y lo compartieron con sus amigos. Esto generó publicidad gratuita, lo que ayudó a convertir nuevos clientes.
Compara ese correo con los correos que enviaban todas las compañías durante la pandemia del COVID-19. Inevitablemente incluían alguna adaptación del mismo título “Mensaje especial de nuestro CEO sobre COVID-19”, y repetían las mismas frases desgastadas, como: “Estimado cliente, en un momento de incertidumbre y sin precedentes…blah blah blah”.
Todos copiamos y está bien
En el trabajo -es más, en la vida-, la mayoría de personas utiliza los mismos moldes para inspirarse y diseñar su manera de actuar. Estamos educados -corrijo, estamos programados- para mimetizarnos. Especialmente en tiempos difíciles -ouch, ¿te diste cuenta que caí en la misma trampa?, utilizar palabras cliché, cómo si eso hiciera mejor este email-.
Tendemos a copiar de nuestros compañeros, clientes, competencia o ídolos. Asumimos que ellos saben algo que nosotros desconocemos, pero que si los copiamos vamos a tener el mismo resultado. Pero si haces lo mismo que los demás, ¿cómo te vas a dar a conocer?, ¿cómo te van a recordar?, ¿por qué te van a comprar o a contratar?.
Si te pareces tanto a los demás, te pierdes y conviertes en invisible. Si no tienes idiosincracia, identificación, visión y punto de vista propios eres parte de la mayoría, eres un número en la multitud. Aquel email de CD Baby funcionó porque era auténtico, era inconfundiblemente Sivers, y porque estaba alineado con su misión, dede hacer sonreír a la gente.
Si actúas, hablas y vistes como los demás, puede que seas aceptado y popular, pero no puedes ser exitoso. El éxito se consigue solamente cuando eres auténtico y tienes objetivos y misiones personales.
Este fin de semana lo pasamos en familia, quiero decir familia virtual. Vamos a ver 5 perfiles inconfundibles para inspirarnos a ser únicos.
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