Cuando termines de leer vas a entender por qué digo que la geología, la economía, la tecnología e ir al gimnasio tienen más que ver con la creatividad que las películas cómicas de la televisión abierta.
En 1997, Reed Hastings, cofundador de Netflix, era desarrollador de software. Le gustaba el cine, pero era un poco desordenado. Un fin de semana, Hastings acumuló una deuda de 40 dólares por no devolver a tiempo el DVD de Apollo 13 que había rentado en el Blockbuster. De camino al gimnasio dejo la película y pagó lo que debía.
A medio entrenamiento, Hastings tuvo un momento Eureka. Su gimnasio, como casi todos los gimnasios del mundo, tenía el mismo modelo de negocio: pagas una subscripción mensual fija y puedes utilizar el gimnasio todas las veces que quieras. Ese fue el momento en que Hastings imaginó un modelo de subscripción ilimitada para un negocio de renta de películas, algo completamente inusitado en un negocio de esa naturaleza. En estricto sentido, podemos decir que ese fue el momento en el que nació Netflix como lo conocemos hoy.
Albert Einstein se refería a sus ideas como “un juego de combinaciones”. Steve Jobs solía decir que la creatividad es “simplemente conectar cosas”. Cuando le preguntas a las personas creativas cómo hicieron algo, siempre se sienten un poco culpables, porque no lo hicieron, nada más “lo vieron”.
Sin ir más lejos, Darwin se inspiró en los estudios de economía de Thomas Malthus y en los estudios del geólogo Charles Lyell para desarrollar su teoría de la evolución. En su momento, Darwin no era el único estudiando la evolución, seguramente también había personas leyendo a Malthus y Lyell, pero nadie hizo la conexión de ideas tan distantes para crear algo nuevo y entonces sí revolucionario. Darwin vió lo que nadie más pudo ver.
Siempre recomiendo a mis amigos músicos escuchar música de muchos estilos, a mis conocidos les digo que lean cosas que incluso los hagan sentir incómodos, y que busquen las respuestas en los lugares menos convencionales. La solución a nuestros problemas puede estar en una industria totalmente diferente en la cual estamos. El secreto, tal y como hizo Darwin, es ver, escuchar y seguir a personas inteligentes en todos los campos. Escoge tus influencias y, por favor, no dejes de ir al gimnasio, porque nunca se sabe si ahí descubres cómo hacer un negocio, curar una enfermedad o escribir el libro que todos estamos esperando.
Este fin de semana vamos a buscar buenas influencias, ideas y pensamientos que despierten nuestra creatividad y nos ayuden a encontrar soluciones a las cosas que nos ocupan.
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