Jason Alexander, famoso por interpretar el papel de George Constanza en Seinfeld – considerada por muchos la mejor serie cómica de todos los tiempos – fue nominado a los premios Emmy 8 veces. Nunca ganó.
Amy Adams, Glenn Close, Robert Downey Jr., Harrison Ford, Sigourney Weaver, Annette Bening y Bill Murray, entre otros, nunca han ganado el Oscar a pesar de haber sido nominados en repetidas ocasiones.
Lionel Messi perdió 4 finales antes de levantar un trofeo con la selección mayor de Argentina, Carl Sagan fue rechazado de la Academia Nacional de Ciencias, y a Isaac Asimov le tomó 261 libros entrar a la lista de “Lo más vendido” del New York Times. No, no fue un error, 261 publicaciones antes de conseguirlo.
¿Qué significa esto?, ¿que Alexander, Adams y compañía son malos actores?, ¿que Messi no es tan talentoso como se dice?, ¿que los trabajos de Sagan eran mediocres?, ¿o que los primeros 261 libros de Asimov eran basura? Por supuesto que no, ¡faltaba más!.
De manera desproporcionada, definimos nuestro trabajo y el de los demás de acuerdo a las medallas que nos cuelgan. Queremos ser reconocidos y celebrados por nuestros semejantes y quienes fueron celebrados antes. Buscamos la validación externa, la palmada en la espalda, la medalla de oro. Esto se ha convertido en una carrera por más likes en redes sociales, amigos en Facebook o visualizaciones en YouTube. Buscamos elevar la cifras para elevar nuestra vanidad, sin importar si nos alejamos de nuestros objetivos.
Asimov no controlaba quién compraba sus libros, Sagan no era responsable por quién votaba en la Academia de las Ciencias, Messi no es responsable por el desempeño de sus compañeros ni sus contrincantes. Tú no decides si te dan el trabajo, la promoción o el proyecto. Nuestra validación no puede depender de factores externos que no controlamos, no podemos otorgar la calificación de nuestro desempeño a personas que no tienen nuestros objetivos. Tu satisfacción y la calidad de tu trabajo dependen de tu esfuerzo, compromiso y progreso, y eso nadie lo sabe mejor que tú.
Las 5 razones de la semana no califican lo que haces, pero te invitan a hacerlo mejor con estas recomendaciones.
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