¿Crees que puedes ser bueno en casi cualquier cosa que quieras hacer? Matthew Syed dice que sí se puede, que es posible ser bueno, casi en cualquier cosa. Esa es la idea principal en su libro “Eres Genial, Cree en ti y atrévete a ser brillante en (casi) cualquier cosa”. Ahora vamos a explicar cómo se hace.
(Versión en video)
Básicamente argumenta que hay dos tipos de mentalidad en el mundo. La que considera que el talento y habilidades es algo con lo que se nace, algo que se tiene en los genes, y la que cree que la inteligencia y capacidad para hacer cualquier cosa en la vida se puede aprender y desarrollar hasta el día que morimos.
Además, dice que las cosas que hagas, consigas y alcances en la vida tienen que ver con el tipo de mentalidad que tienes, con las cosas que piensas. Pero dice, que para ser bueno no basta con desearlo o merecerlo, es cierto que lo primero es creer que puedes hacerlo, pero lo más importante es el trabajo, la constancia y disciplina, y que se necesita mucho de las tres.
¿Aprender nuevas habilidades?
Vamos a poner las cosas en contexto. Es una realidad que yo, por más que intente, nunca será un campeón olímpico en natación, de hecho, los mejores nadadores son campeones porque su cuerpo es diferente, tienen alguna característica especial desde el día que nacen, algo que yo no tengo.
Pero también es cierto que la mayoría de las habilidades que necesitamos para el trabajo, se pueden aprender y desarrollar con el estudio y la práctica. De hecho, el título del libro en inglés, es Bounce, The Myth of Talent and the Power of Practice, o sea, Salta, el mito del talento y el poder de la práctica.
Bounce, el mito del talento y el poder de la práctica
Hoy voy a comentar las ideas que más me gustaron del libro, todas tiene que ver con el concepto de potenciar las oportunidades a través del esfuerzo y la práctica.
No todo el mundo tiene las mismas oportunidades, es una realidad, mucha gente todavía no tiene acceso a la educción, alimentación o condiciones de vida que se necesitan para desarrollarse de la misma manera.
Nosotros que estamos aquí sí, y además tenemos la oportunidad de contribuir a que las diferencias entre los que sí tenemos oportunidades y los que no las tienen se reduzcan. Por ejemplo, compartiendo este programa para democratizar el conocimiento y las ideas.
1. Los niños prodigio son como los unicornios…. no existen
Todos los hemos visto, videos en YouTube de niños tocando Bach en el piano, rasgueando Led Zeppelin en la guitarra o resolviendo ecuaciones matemáticas increíblemente complejas. Cuando vemos estos ejemplos, muchos de nosotros nos encogemos de hombros y pensamos que estos niños entran la categoría de “niños prodigio”.
Los estudios sobre niños prodigio revelan que la práctica siempre está detrás de su éxito. Conocido por su gran talento musical, Mozart había practicado más de 3500 horas antes de cumplir los 6 años, y Tiger Woods, antes de cumplir 5 años ya había practicado más de lo que practica cualquier golfista profesional en toda su vida. ¿Niños prodigio? No tanto, más bien mucha práctica.
En los casos, la clave fue la familia en el que crecieron, ambos tenían acceso a todos los materiales y oportunidades para desarrollar su disciplina; la diferencia es que con una buena guía y practica las aprovecharon. No confíes en tus habilidades naturales. Busca cómo las puedes desarrollar más y más.
2. Hace más el que quiere, que el que puede
El mejor atajo para alcanzar el nivel más alto en cualquier cosa es practicar miles de horas. Los maestros de ajedrez practican entre 10 mil y 50 mil horas antes de convertirse en un grandmaster (gran maestro). Hasta la fecha no se tiene registro de alguien, ni siquiera los jugadores más exitosos, que lo haya conseguido en menos tiempo. Cuando Andre Agassi era niño, su papá le dijo que para ser un gran tenista tenía que entender de matemáticas.
Y le comentó que, si golpeaba la pelota con una raqueta por lo menos 25 veces al día, golpearía un millón de pelotas por año, y que cualquier persona que hiciera esa cantidad de repeticiones sería imbatible. Andre Agassi sumo 60 títulos en toda su carrera, fue famosos por su disciplina y memoria muscular, dos habilidades que desarrolló a través de la constancia y repetición exhaustiva.
Se pueden tener muchas habilidades naturales, pero solamente la práctica deliberada desarrolla la capacidad de aprovechar las habilidades de manera mecánica hasta en las situaciones más complejas. Si tienes una habilidad natural, aprovéchala y practica más que nadie.
3. Cualquier detalle puede ser la motivación que necesitamos
Los seres humanos somos seres muy complejos, y algunas veces cosas triviales encienden la pasión que necesitamos para conseguir un objetivo. En un experimento con problemas matemáticos sin solución, algunos participantes recibieron apuntes y consejos de graduados muy destacados en matemáticas.
Los reportes eran falsos, pero algunas de las fechas de nacimiento de los graduados, eran las mismas que la fecha de nacimiento del participante que estaba intentando resolver el problema imposible. Intencionalmente se les manipuló, para creer que el reporte fue escrito por alguien con quien compartían fecha de cumpleaños.
Ese era un dato trivial que no tenía relación con el problema ni ayudaba a resolverlo, pero por esa simple asociación, los estudiantes que fueron engañados se mantuvieron más tiempo intentando resolver el problema O sea que una sencilla motivación por asociación puede fortalecer nuestra capacidad de resiliencia.
Siempre que tengas un problema, busca cualquier asociación contigo, algo a lo que te puedas aferrar para intentar de manera más inteligente.
4. No solo es practicar, si no cómo se practica y cuántas veces fracasamos
Cuando se trata de practicar, casi siempre lo queremos peladito y en la boca. Digamos la ley del menor esfuerzo. ¿Cada cuánto cambias tu rutina de entrenamiento en el gimnasio? ¿Eres de los que corre la misma ruta, levantar las mismas pesas y hacer las mismas clases de yoga? Si bien es mejor hacer algo que no hacer nada, cuando practicamos cualquier cosa es necesario romper la rutina para mejorar.
De otra manera entramos en una mentalidad fija en la que alcanzamos un nivel que es “lo suficientemente bueno” y ahí nos quedamos, nunca aumentamos el nivel de dificultad y creemos que ya no podemos mejorar. Si cuando practicas no tienes alguna señal de fracaso, es porque no te estás esforzando lo suficiente, y lo más seguro es que estés atorado. El aprendizaje y avance provienen de intentar, fallar, hacer ajustes y aprender a lo largo del proceso.
Hacer esto permite que el cerebro se desarrolle, adquiera nuevas habilidades y pueda lidiar con dificultades y fracasos. Para convertirnos en un verdadero maestro, todos debemos darnos cuenta de que aquellos que dicen que “el fracaso no es una opción” están equivocados. El fracaso es la opción, y es la única forma en que creceremos y adquiriremos nuevas habilidades.
Fracasa mucho, aprende rápido y corrige para seguir avanzando.
Conclusiones:
Para ser bueno en lo que quieras, no se necesita tener los genes correctos. Se necesita practicar, practicar y practicar de manera inteligente. Ese proceso transformará tu cuerpo y cerebro.
Otras cosas que también ayudan y se mencionan en el libro.
- La capacidad para manejar la presión
- Los desafíos que nos generamos de manera intencional
- Y la diferencia entre actitud y aptitud
Y tú ¿conoces, tienes o utilizas otra técnica para ser bueno en tu trabajo? Por qué no lo comentas en las notas del programa para compartirlo con más personas. Muchas gracias por acompañarme en este programa. Nos vemos pronto en otro, hasta entonces, se inconfundible.
