Lo más triste de conocer a personas que no consiguen sus sueños es descubrir que no fue la falta de talento su principal obstáculo, sino que nunca se dieron la oportunidad de luchar por ellos.
Cuando se habla de las personas más exitosas del mundo se suele pensar que son un grupo de privilegiados que han nacido con talentos y habilidades que les permiten alcanzar objetivos por encima de lo normal. Se idealiza el concepto de que son diferentes, que tienen el don de convertir en oro todo lo que tocan y que su camino al éxito ha sido rápido, libre de contratiempos y algo natural por su gran capacidad.
Es muy común poner en esta categoría a atletas destacados, artistas populares, empresarios acaudalados y celebridades del ámbito social, y si bien es cierto que tienen talento de sobra para realizar su trabajo de manera excepcional, también es cierto que todos somos así, que todos tenemos talento, todos tenemos algo que nos hace únicos, diferentes y especiales. La única diferencia entre quien vive soñando y quien se da la oportunidad de alcanzar sus objetivos es la mentalidad.
La mentalidad no es otra cosa más que una colección de hábitos saludables que permiten atreverse, intentar, fracasar, levantarse y regresar hasta conseguir lo que se busca. Es una combinación de acciones que te permiten estar enfocado, tener fuerza de voluntad, aprender y mantener un buen estado físico y mental. Una buena colección de hábitos te hace inmune al fracaso, además de reforzar tu confianza y ayudarte a crecer de manera constante.
En las 5 razones de la semana recordamos 5 hábitos básicos para desarrollar una mentalidad de crecimiento. Dejamos de lado los sueños guajiros y nos damos la oportunidad de perseguir objetivos.
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