Es un proceso repulsivo que empieza cuando el instinto le dice a la oruga que ha llegado la hora de cambiar. Entonces se cuelga boca abajo y forma un capullo, y dentro de él la oruga empieza a comerse a sí misma 🤮
Lo único que queda con vida de esa operación son unas pequeñas células llamadas discos imaginales, que, alimentados por una mezcla nutritiva de sus propios órganos, permiten a la oruga desarrollar ojos, alas, patas y todo que necesita para convertirse en mariposa. Es un milagro que de un batidillo asqueroso nazca un ser hermoso.
Mucho menos asqueroso, pero yo también he vivido varios procesos de metamorfosis. Después de varios años trabajando en medios de comunicación y compañías disqueras, me di cuenta que era momento de dirigir mi transformación. A pesar de los problemas normales del trabajo, mi vida corporativa se había vuelto cómoda. Seguramente podría buscar otro trabajo y, al cabo del tiempo, encontrar algo. Pero sería más o menos lo mismo, un espacio limitado para crecer y aprender.
Así que de manera figurada decidí colgarme boca abajo, y utilizar mi experiencia para alimentar mi transformación. Los trabajos que había tenido me dieron herramientas para desarrollar un pensamiento creativo y ver la vida de otra manera. Esas historias, experiencias y aprendizajes son los discos imaginales que me ayudaron a crear un nuevo yo.
El final de algo también puede ser el inicio de otra historia.
Cualquier cambio verdadero requiere que parte de lo viejo muera, y a medida que algo está muriendo, podemos formar otro capullo para volver a nacer. Estoy aquí para decirte que dentro de ti ya tienes todo lo que necesitas para cambiar, todo lo que has hecho, todo lo que has aprendido y es parte de ti son tus discos imaginales, y son lo que tienes que utilizar para transformarte.
Cuando experimentas una metamorfosis no te estás consumiendo a ti mismo sin sentido, te estás alimentando para formar tus alas y volar.
Estas son 5 razones para empezar a formar un capullo y reinventarte en algo mejor:
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