Es difícil argumentar en contra de los beneficios del conocimiento y el concepto generalizado que se tiene de él. Todos hemos escuchado la popular frase que el conocimiento es poder, hemos sido testigos del efecto transformador de la educación o experimentado en carne propia los frutos de estar bien informado. Pero la historia de la humanidad está marcada no solo por el conocimiento que se ha creado, sino por nuestra capacidad de asimilarlo y utilizarlo.
Vivimos en la era de la comunicación, nunca habíamos tenido al alcance de la mano tanta información y conocimiento al mismo tiempo que las herramientas para compartirlo de manera masiva. Y pesar de esto no hemos resulto los problemas más elementales, me pregunto por qué.
En una época en la que el conocimiento va y viene con el mismo valor que un meme, leer muchos libros, escuchar cientos de podcasts, ver todas las charlas TED o revisar en redes sociales las opiniones de periodistas, científicos o intelectuales puede convertirse en el factor de progreso más eficiente de nuestra vida, o puede quedarse en puro entretenimiento.
Hace algunos años, en una entrevista realizada a Warren Buffett por la inminente recesión económica que se avecinaba, el entrevistador preguntó cuál era la mejor inversión que podía hacer cualquier persona en ese momento. Estoy seguro que, de manera sutil y aprovechando que estaba frente al mejor inversionista de la historia, el reportero esperaba una lista de compañías o fondos de inversión seguros para poner ahí su dinero. Buffett lo pensó un momento y contestó que lo mejor que podíamos hacer con el dinero era destinarlo a la adquisición de conocimiento, y argumentó de manera contundente que el dinero va y viene durante la vida, pero que cuando nos hacemos de una pieza valiosa de conocimiento, se queda con nosotros para siempre y la podemos utilizar una y otra vez.
Esta declaración de Buffett revela entre otras cosas que no toda la información es conocimiento, que el conocimiento tiene varios niveles de importancia y que se convierte en poder únicamente cuando hacemos uso de él. Así que te pregunto, cuando estás viendo, conversando, escuchando o leyendo, ¿estás aprendiendo o nada más te estás entreteniendo?
Las 5 razones de la semana convidan a cambiar nuestro comportamiento frente al conocimiento, y tomar acción, utilizarlo, ponerlo en práctica y desquitar cada minuto y centavo invertido en su descubrimiento.
Estas son las 5 acciones que convierte al conocimiento en poder, y en su camino nos transforman de manera individual y colectiva. |